El ex presidente del Banco Central, Carlos Massad, sigue sumando títulos a su trayectoria. Ayer fue condecorado por la Universidad San Sebastián con el doctorado Honoris Causa, por su carrera y su destacada contribución al desarrollo económico y académico. Previamente a esta distinción, en exclusiva con DF, el experto analizó en profundidad el contexto económico-político que vive el país, afirmando que está de acuerdo con la propuesta de Michelle Bachelet de aumentar el impuesto a las empresas de un 20% a un 25% y bajar el de las personas a un 35%.
- ¿Qué opina de los anuncios de Michelle Bachelet en torno a una reforma tributaria?
- Hoy hay una diferencia muy grande entre el impuesto a las personas y el impuesto a las empresas, lo que hace que algunas personas -que están en condiciones de hacerlo- hagan aparecer sus ingresos como los ingresos de una empresa y que tributa con el tributo de la empresa y no con el de la persona. De modo que lo que debería ser un sistema bastante progresivo no lo es. Hay muchas otras formas de elusión de impuestos que llevan a lo mismo, hacen que el sistema tributario chileno sea menos progresivo de lo que se ha intentado hacerlo en el pasado. En esa línea, creo que reducir la diferencia entre los impuestos a las empresas con los de las personas es muy positivo. Ahora por lo que veo en la prensa hay sectores que consideran que un impuesto a las empresas de un 25% pude afectar seriamente la inversión, y puede que así sea en algunos casos, pero en la mayor parte de los países los impuestos son mayores que ese y sin embargo, los países crecen y tienen buenas inversiones, de modo que tampoco parece ser una propuesta extremista la que se ha hecho, además se ha mencionado como una propuesta gradual en un período de tiempo. Es decir, va en la dirección correcta, sin duda.
- ¿Es necesaria una reforma tributaria?
- No hay duda que las presiones hoy exigen mayor recaudación, mayores ingresos para poder afrontar los cambios en los cuales la mayor parte del país está de acuerdo, por ejemplo, hacer alguna parte de la educación gratuita, eso requiere mucha plata ¿Vamos a dejar de hacer viviendas para hacer eso?, ¿Vamos a dejar de financiar la salud pública?, ¿Qué vamos a hacer? Lo que aparece más probable ahí es mejorar la ordenación de los recursos que se utilizan, pero además tener más recursos, ese es el sentido. Desde ese punto de vista, no hay ninguna duda de que el Estado puede jugar un rol un poquito mayor que el que juega en la economía chilena.
- ¿Qué le parecen los juicios respecto a que las propuestas están generando efectos en la inversión y, por ende, en la economía?
- Creo que las personas que piensan eso la van a pasar muy mal cada cuatro años, porque cada cuatro años vamos a tener una discusión parecida. Siempre vamos a tener una discusión sobre si se suben o no se suben los impuestos, si se suben o no se suben los gastos del sector público, qué pasa con las Isapres, qué pasa con el sistema de salud, qué pasa con el sistema de pensiones, esos son temas que van a estar permanentemente en discusión porque siempre en esos temas hay maneras de mejorar. Esta discusión es inevitable y no solo inevitable sino que en una democracia es necesaria. No debería ser para asustar a nadie a menos que las propuestas sean absolutamente descabelladas que contraríen los valores más profundos de la sociedad chilena. Pero si estamos dentro de un rango razonable como está la discusión actual, a pesar de que los candidatos lo tienden a exagerar, no debería ser materia de preocupación. A lo que sí hay que darle mucha importancia es cuando estas cosas se transforman en proyectos de ley y van al Congreso, ahí sí, porque el que tiene que resolver sobre esto es el Congreso que es el que representa en nuestra democracia al pueblo de Chile.
Cambios a la Constitución: No a métodos populistas
- ¿Qué le parece la propuesta de cambiar la Constitución?
- Hay muchas cosas que debieran cambiarse, pero hay que discutir muy cuidadosamente la forma en la cual se hace un cambio constitucional. Uno no puede pensar en métodos populistas para cambiar la Constitución.
- ¿Se refiere a una Asamblea Constituyente?
- Me refiero a cualquier método populista de cambiar la Constitución porque la Constitución rige la vida de todos los chilenos y por un período de tiempo relativamente prolongado, y por lo tanto, tiene que asentarse en principios muy firmes, en experiencias muy firmes, y no en deseos o ambiciones que sobrepasen los límites de lo que es posible para los chilenos aceptar o hacer en un plazo determinado. Entonces, hay que ser muy cuidadosos con el tema de la Constitución. Podría ser una Asamblea Constituyente pero habría que saber quienes eligen esta Asamblea Constituyente, quiénes son las fuerzas que la eligen, cómo se hace, cuáles son los candidatos, de qué manera.
El ritmo de la economía
- ¿Qué le parece el actual estado de la economía?
- Nosotros estamos en un ciclo de reducción gradual leve de la tasa de crecimiento, lo que proviene de varias razones. La primera es que el impulso que le da al crecimiento el esfuerzo de construcción luego del maremoto y terremoto, comenzó a disminuir. La segunda razón es que estábamos creciendo bastante cerca del producto potencial, incluso un poquito por encima, de modo de que eso también hace que el crecimiento tenga que reducirse un poquito. Y por último, están las circunstancias internacionales que han sido bastante irregulares en el último tiempo, a pesar que desde el punto de vista nuestro el precio del cobre ha sido bastante favorable. Todo esto hace que la tasa de crecimiento se reduzca y eso era esperable, incuso necesario para evitar presiones exageradas sobre los recursos disponibles.
- ¿En qué pie está Chile para acceder al desarrollo? Se habla mucho de los US$ 20.000 per cápita, pero hay indicadores que no dan cuenta de este avance…
- Esta discusión de si somos desarrollados con US$ 20.000 per cápita o si somos desarrollados con US$ 25.000 a mi me causa un poco de risa, porque no tiene sustancia. Cuando lleguemos a esa cifra vamos a decir ‘cómo, ahora somos desarrollados y mire todos los problemas que tenemos’. Por supuesto, cada vez las sociedades están aspirando a condiciones mejores, a una vida mejor y a una mayor igualdad, independiente del grado de desarrollo que tengan. Entonces, más que el tema de cuándo llegamos a ser desarrollados, el tema es cuándo resolvemos, en qué orden y en qué forma ciertos problemas específicos: la pobreza, la desigualdad, la salud, la educación. Tenemos que ir resolviendo esos problemas y se hace en etapas, porque los recursos no alcanzan para resolverlos todos al mismo tiempo. Uno va resolviendo los problemas en la medida que vayan teniendo prioridad en cada momento.
- El discurso de la desigualdad se ha tomado la campaña presidencial, ¿cuál es su visión sobre ese tema?
- En Chile comparado con muchos otros países tenemos un grado de desigualdad bastante mayor. Creo que es una aspiración legítima el evitar que la desigualdad sea muy alta. Nunca se va a llegar a la igualdad perfecta porque las personas son distintas, pero lo que sí es cierto es que los grados de desigualdad que tenemos no son realmente compatibles con los niveles de recursos, ingresos, capacidad, educación, etc. y eso hace que reducir esas desigualdades sea un elemento importante. Por lo demás, si esas desigualdades son muy grandes nunca vamos a tener una sociedad verdaderamente en paz, porque aquellos que se sienten discriminados van a buscar dejar de hacerlo y a veces esas maneras son hasta violentas.
"Pensar que hablar con el Partido Comunista es un problema terrible, creo que es un error"
Según Massad, el PC ya no es el mismo partido "comeguaguas" como se acusaba antes.
- ¿Le complica que el PC adhiera a la candidata a Bachelet, que es la que cuenta con más opciones en las próximas elecciones?
- Me habría complicado si estuviéramos hablando del Partido Comunista (PC) de 1970, pero estamos hablando del partido de 2013. El PC de hoy no es el "comeguaguas" como lo acusaban antes de los '70, ya no es el partido que se suponía iba a imponer el poder de la Unión Soviética sobre Chile. Ahora es otra cosa, entonces, pensar que hablar con el PC es un problema terrible, creo que es un error. Nadie niega que cualquier partido político podría convertirse en un ogro pero pensar que el actual es el mismo PC de hace 30 ó 40 años no es cierto. Ya no me preocupa tanto como me preocupaba en el pasado. Yo soy cristiano y las visiones materialistas del mundo me son rechazables como visiones, no como personas que las sostienen. Esa visión no aparece en la doctrina que el Partido Comunista sostiene ahora, no estoy seguro cuál es esa doctrina. De hecho, una tragedia para el PC es que no tiene paradigmas. Hay una tradición que lo mantiene, pero no mucho más que eso.
- Entonces, ¿este nuevo PC es posible verlo junto a la DC en la misma coalición de gobierno?
- Yo no veo por qué no pudiera ser. Depende mucho de las personas, porque en cada partido hay personas y personas y depende mucho de los objetivos de la participación. Uno podría ponerse de acuerdo en ciertos temas y no en otros, y desde ese punto de vista yo no veo ningún motivo para negarse a hablar con el PC, uno de los peores problemas que podríamos tener es negarse a conversar con un partido determinado, sea cual sea. No hay partidos que hayan evolucionado en la dirección de la violencia como ocurría en el pasado. Hoy todos están pensando en soluciones democráticas, en ser elegidos, no en tomarse el gobierno por la fuerza, es otro mundo.
Ine y La polémica del censo 2013
- ¿Qué opina de los cuestionamientos al INE por el tema del IPC y del Censo?
- Los IPC son siempre criticables porque no hay alguna forma perfecta de medir los precios. Creo que Chile lo hace bastante bien en este sentido y si hay algún problema es en la medición de vestuario y algunas otras cosas cuyos precios se han quedado atrás, pero eso es un problema común. En cuanto al Censo, desconozco el problema en su detalle. Sé que hay una crítica hecha de que se intentó alterar la forma normal de medir estas cosas...
- DF publicó ayer que la Fiscalía habría logrado comprobar una eventual manipulación de los datos del Censo...
- Si es así es muy grave, es gravísimo y es una cosa que debiera sancionarse gravemente.
- ¿Cómo afecta la imagen del país?
- Depende, si no se sanciona la afecta seriamente, pero si se sanciona puede hasta mejorar la imagen del país. Repito, no conozco este asunto, pero si se determina debe ser sancionado categóricamente.