La presidenta del Banco Central, Rosanna Costa, abordó la situación por la que atraviesa la economía chilena en un contexto global marcado por la continua escalada de tensiones comerciales, el que se ha traducido en un aumento considerable de la incertidumbre gradual.
“Esto representa un gran desafío para una economía pequeña y abierta al mundo como la nuestra”, estimó la economista.
Costa aseguró que la actual situación se da en un mundo que ya arrastraba otros riesgos, como el alto nivel de deuda soberana y un escenario geopolítico complejo y tenso.
“El panorama global ha sido cada vez más incierto desde hace algún tiempo”, sostuvo y recordó que en los últimos meses surgieron tensiones comerciales disruptivas desde la perspectiva del orden comercial global, las que fueron aumentando con el paso de las semanas, hasta que llegaron los anuncios de Trump el “Día de la Liberación”, el pasado 2 de abril.
No obstante, Costa graficó que “las últimas semanas han traído algo de calma a los mercados”, aunque advirtió que aún se hace difícil prever cómo concluirá este proceso tras la pausa y las conversaciones anunciadas con diferentes países.
Si bien consideró que, por ahora, las proyecciones sitúan el mayor impacto en Estados Unidos, ese efecto no sería exclusivamente para la mayor economía del mundo.
Chile en medio de tensiones comerciales
Pese al escenario que describió, Costa dio señales de que Chile está en una situación más positiva que hace algún tiempo para enfrentar la situación.
“Estos acontecimientos están ocurriendo en un momento en que la economía chilena ha tenido un desempeño mejor al esperado en los últimos meses”, aseguró frente a los asistentes, entre ellos varios inversionistas tanto chilenos, como extranjeros.
La economista basó su tesis en una serie de señales, como un crecimiento económico algo más rápido de lo previsto, una tendencia de recuperación tanto en el consumo como en la inversión. Todo esto, bajo el paraguas de la corrección de importantes desequilibrios macroeconómicos que surgieron durante la pandemia.
Desde el punto de vista de la inflación, recordó que llegó a su peak de 14,1% anual en 2022 y que hoy se mantiene en torno al 5%. “El escenario de inflación en nuestro último IPoM proyecta una convergencia hacia la meta del 3% a comienzos de 2026”, expresó.
En cuanto a la industria bancaria chilena, aseguró que cuenta con provisiones, garantías y capital suficientes para enfrentar eventos adversos.
“En resumen, el ciclo macroeconómico chileno muestra una reducción de las vulnerabilidades que podrían afectar la capacidad de la economía para enfrentar tensiones comerciales y otros shocks externos, en comparación con los años recientes”, puntualizó.
Con todo, manifestó que el resultado final del proceso que está ocurriendo a nivel global sigue siendo incierto, al igual que sus impactos sobre el crecimiento y la inflación, tanto en el corto como en el mediano plazo.
No obstante, enfatizó en que como todo cambio, si bien puede generar distorsiones y costos, también permite crear oportunidades. “Chile tendrá que enfrentar este escenario aprovechando su capacidad económica e institucional para manejar la incertidumbre y la volatilidad en el corto plazo, y adaptarse a la nueva realidad en el largo plazo”, concluyó Costa.