La debilidad que exhibe la actividad local bien podría extenderse hacia el próximo año. De hecho, el Informe de Economía Santander (IES) correspondiente al segundo trimestre incluyó un recorte en su proyección del Producto Interno Bruto (PIB) para 2016 a 3,2% desde el 3,6% de su reporte previo publicado en marzo.
Para el presente ejercicio, en cambio, la entidad reafirmó su pronóstico de una expansión de 2,8%.
Como expone Santander, pese a que el panorama externo no ha cambiado de manera significativa, la capacidad de crecimiento de la economía chilena tanto para este año como el próximo es limitada. ¿La razón? Pese a los elementos de empuje transitorios, la inversión no da señales de mejora.
En este contexto, el banco redujo su estimación para la formación bruta de capital fijo a 1,2% para este año y 2% para 2016, desde un 1,9% y un 3,7%, respectivamente. "Mientras no se vea una recuperación importante en la inversión privada, es difícil pensar en tasas de crecimiento muy distintas a 3%", sostiene el economista jefe de Banco Santander Chile, Pablo Correa. Y explica que si la inversión jugó a favor entre los años 2010 y 2013 -agregando puntos al PIB esperado (4%) hasta casi un 6%-, hoy está jugando en contra.
"La única forma de volver a esa tendencia más cercana al 4% es con una recuperación de la inversión privada que se mantenga por sí sola, sin la necesidad de una política fiscal o monetaria que por definición son transitorias", reiteró.
Y el banco de capitales españoles no ve una mejora para esta variable en el horizonte. "Todavía no hay evidencia de un rebote importante en la inversión, que sigue siendo el lastre que muestra la economía chilena", planteó el economista.
Los cambios necesarios
Este año, según Correa ya está "bastante jugado" en términos de actividad, pese a los cuatro factores que han jugado a favor: un mayor gasto fiscal, la caída en el precio del petróleo, un tipo de cambio real más depreciado y los efectos de una política monetaria más expansiva.
No obstante, Correa dice que estos elementos no han logrado crear el esperado punto de inflexión y lo más preocupante es que dado su carácter transitorio, es improbable que sus efectos se extiendan otro período.
De todas formas, advierte que hay factores que pueden hacer la diferencia: la activación de un plan importante de concesiones y la disminución de los niveles de incertidumbre que, en opinión de Santander, mantiene a los inversionistas en una actitud de "esperar y ver" a raíz de los procesos de reformas tributaria, laboral y constitucional.
Con todo, Correa aclara que el país no se ha transformado "para siempre" en una economía menos atractiva, o que las compañías van a dejar de invertir porque la tasa de primera categoría pase del 20% al 25%, sino que los cambios deben venir acompañados de definiciones y estabilidad de los mismos.
"Lo que se necesita al hacer una inversión a 10 o 20 años plazo, es saber que tienes que descontar todos tus flujos al 25% con algún grado de certezas, y no pensar que hoy puede ser el 25% y mañana pueda ser 27% y pasado mañana 30% (...). Acá en lo que se ha fallado es entregar una señal, que si hay un cambio en las reglas laborales, tributarias o del Código de Aguas, etc, son cambios que van a ser relativamente estables en el tiempo", concluyó.
PIB potencial del Central: "Es bastante optimista"
La mayoría de los economistas estima que el crecimiento potencial de la economía chilena está por debajo del pronóstico que tiene el Banco Central de Chile, que actualmente lo sitúa entre 4% y 4,5%.
Es por eso que el mercado está expectante al tratamiento que el instituto emisor dará a esa variable en su Informe de Política Monetaria de junio, que entregará mañana miércoles. Y para Pablo Correa, la cifra actual del Central es "bastante optimista", debido a una menor acumulación de capital en la economía durante los últimos tres años, una fuerza de trabajo que está creciendo a un ritmo bastante lento y un problema de larga data de productividad.
"Seguir pensando en un crecimiento potencial que puede llegar a un 4,5% hoy día me parece muy optimista. Nosotros vemos el crecimiento potencial bajo el 4% y, dado que eso tiene también implicancias en la política monetaria, es algo que el banco sí debiese mencionar", postuló.
En esa línea, espera que la tasa de política monetaria se mantenga sin variaciones durante el resto del año, para iniciar las alzas en el primer trimestre de 2016 y cerrar el próximo año en 3,5% anual.
"Esto estará por debajo de la tasa neutral, porque la inflación habrá convergido al rango objetivo, pero la producción seguirá debilitada", cita el informe de Santander. Además, dado el menor PIB potencial que tendría la economía local, Correa descarta que el Central opte por acentuar una política monetaria expansiva para incentivar la actividad, ya que cuando la capacidad de crecimiento disminuye, las brechas de capacidad también lo hacen, limitando el campo de acción del instituto emisor.
"Hoy día sería bastante sorprendente, en mi opinión, que el Banco Central adoptase una política monetaria más laxa, porque debiese estar viendo que el nuevo escenario tiene menores brechas de capacidad y tampoco existe un problema deflacionario. Entonces, hoy tratar de recuperar el crecimiento más de mediano plazo con política monetaria es como tratar de curar una neumonía con paracetamol: puede ayudar, pero no va a solucionar el problema de fondo", expuso el experto.
En el escenario base de Santander, la inflación cerrará en 3,3% este año para converger hacia el 3% en los primeros meses de 2016, terminando dicho ejercicio en 2,7%.
Los principales riesgos estarán en los alimentos, manifestó la entidad, especialmente en algunos productos puntuales como ha sido el caso de los lácteos.