Marubeni, el gigante y diversificado grupo japonés, tiene apetito por invertir en el sector sanitario de Sudamérica.
A casi seis años desde que tomaran el control de Aguas Nuevas, decidieron usar la firma nacional como plataforma de inversión para entrar a países como Colombia y Perú. Eso sí, no descuidan el mercado chileno y buscan opciones de compra.
El grupo Aguas Nuevas es el tercer operador sanitario en Chile con una participación del 9%, al contar con 420 mil clientes en cuatro regiones del país, abasteciendo a una población aproximada de 1,2 millones de habitantes.
Sus operaciones son Aguas del Altiplano (regiones XV y I), Aguas Araucanía (IX región) y Aguas Magallanes (XII región).
La compañía comenzó a operar el 2004 cuando la familia Solari se adjudicó las últimas concesiones sanitarias que permanecían bajo administración estatal, pero en 2009 los socios de Falabella se desprendieron de la compañía que fue adquirida por el Santander.
A fines de 2010 ingresó Marubeni junto a Innovation Network of Japan (INCJ), símil nipón de la Corfo. Si bien esta última compañía está en proceso de enajenación de sus acciones, desde Marubeni dicen que se quedarán hasta el fin de la concesión, en 2034 (ver recuadro).
Deseo de permanencia en Aguas Nuevas que se refuerza con la intención de crecer en la región. “El sector sanitario chileno está muy por sobre el resto de Latinoamérica. En los últimos 20 años alcanzó un nivel de desarrollo que es capaz de exportarse. Por eso Marubeni decidió que su plataforma para la región será Aguas Nuevas”, dice el gerente general de la compañía, Salvador Villarino.
El representante de Marubeni y presidente de la sanitaria local, Toshimitsu Oda, añade los focos estarán en Perú y Colombia. En el caso de Brasil, la nipona invierte de manera directa en este sector.
Es así como Aguas Nuevas decidió abrir una oficina en Colombia, país en el que están más cerca de invertir. “Estamos viendo dos caminos para concretar el ingreso en este país: comprar compañías existentes o participar en licitaciones”, comenta Villarino.
Añade que en el país cafetero miran negocios que incluyan operación y mantenimiento y que también requieran inversión. Miran opciones tanto en el sector regulado como en el no regulado.
Las inversiones que realizarán en este mercado, comenta el ejecutivo, las analizarán caso a caso, sin embargo, les interesan proyectos desde US$ 10 millones hasta US$ 100 millones.
“Para Marubeni el retorno del negocio sanitario no es tan alto si se le compara con otras industrias, como la minera, pero es sustentable. Y al usar Aguas Nuevas como plataforma, ya que ellos saben cómo operar eficientemente, pueden exportar ese modelo a otros países como Colombia y, así, aumentar nuestras expectativas sobre retornos”, resume Oda sobre el sustento de la internacionalización de la sanitaria.
El objetivo es también invertir en Perú, aunque eso va a un ritmo más lento. Dicen que están monitoreando las oportunidades que entrega el sector, pero están esperanzados en los planes de crecimiento propuestos por el nuevo presidente, Pedro Pablo Kuczynski.
“Estamos viendo cómo se desarrolla el mercado, porque hasta el momento no hemos visto que tengan la misma disposición que en Colombia a incorporar nuevos actores, pero creemos que ahora lo tendrá con el nuevo presidente”, comenta Villarino.
Chile, buscando opciones
No por mirar al extranjero olvidarán el negocio local. “Si hay oportunidades para expandir los negocios en Chile, estamos interesados en ello y siempre buscamos opciones”, dice enfático Oda.
Villarino agrega que desde que Marubeni tomó el control de la compañía, han participado en tres procesos de venta. “Pese a que pareceriera que el mercado no es activo, pero sí lo es”, dice.
Es así como Aguas Nuevas formó parte del proceso de enajenación que hizo el grupo Luksic de Aguas Antofagasta, el que finalmente fue adjudicado a la colombiana EPM por US$ 965 millones.
Pero otra fórmula es crecer en negocios no regulados. Actualmente, tienen un joint venture con una empresa australiana, en donde ofrecen servicios de desalación vía osmosis inversa. En esta compañía, Osmoflo Chile, Aguas Nuevas posee el 40%, siendo su foco la industria minera e industria.
Según comentan, están viendo opciones de crecer con nuevos servicios para la minería. “Tenemos una fuerte presencia en el norte y ahí tenemos proyectos muy atractivos para la minería que, incluso, podrían ser tan grandes como las del grupo”, sostiene Villarino.
Agrega que, de concretarse las conversaciones que llevan adelante con una minera, podrían invertir cerca de US$ 250 millones en un sólo proyecto. Eso sí, como existen contratos de confidencialidad, no entregaron más detalles sobre la iniciativa.
Dicen que hace cinco años, más del 90% de los ingresos provenía del área regulada, pero que ahora la distribución de las ventas es, aproximadamente, 78% regulado y 22% no regulado.
También, la compañía posee la filial para el negocio eléctrico EnerNuevas, compañía que tiene 3,3 MW en producción y, actualmente, licitan la construcción de una planta de cogeneración en Temuco.
Inversiones
Más allá de los planes para crecer, la compañía está enfocada también en invertir en sus actuales concesiones.
Al 2020 proyectan invertir US$ 240 millones, con foco en la calidad de agua y mejora del servicio.
El grueso de esta cifra la gastarán en la concesión del norte, Aguas Altiplano, en donde invertirán US$ 140 millones, que incluye una planta desaladora en Arica, proyectada para 2018-2019.
Para la Región de la Araucanía son US$ 80 millones, mientras que en Magallanes US$ 20 millones. Montos menores dado el tamaño de estas concesiones.
"Nuestras inversiones en Chile son a largo plazo"
Si bien uno de sus focos será la internacionalización, el representante de Marubeni y presidente de Aguas Nuevas, Toshimitsu Oda, reafirma su compromiso con seguir invirtiendo en el país.
"Las concesiones (de Aguas Nuevas) terminan en 2034 y es muy, muy probable que Marubeni se quede hasta esa fecha en la compañía", señaló Oda.
El gerente general de la sanitaria, Salvador Villarino, refuerza esta sentencia indicando que en los últimos cinco años en los que la nipona ha estado en el control del grupo sanitario, el 80% del Ebitda se ha invertido.
Señala que este año, por ejemplo, el grupo desembolsará US$ 95 millones, mientras que el margen ebitda es US$ 70 millones. "El grupo invertirá 30% más de lo que genera. Eso te dice que piensan en el largo plazo, no piensan en el corto plazo", dice el ejecutivo.
En la concesión del norte -Aguas del Altiplano, que opera en las regiones XV y I- este año están ejecutando US$ 70 millones, pese a que genera US$ 30 millones en ebitda.
"En La Araucanía, es los últimos 12 años, somos, por lejos, la empresa privada que más ha invertido. También se invierte del orden del 80% del ebitda", añade Villarino.
Sobre los procesos de tarificación, Oda comenta que Aguas Décima -sanitaria que controla Marubeni, pero que no forma parte de Aguas Nuevas- fue quizás pionera al proponer hace tres años el congelamiento de las tarifas. Aguas Magallanes y Aguas Araucanía siguieron la misma senda.
"Estamos haciendo agresivas inversiones y esperamos que el gobierno valore lo que hemos hecho. Como Marubeni confiamos en el sistema tarifario chileno, que está bien hecho", apunta Oda.
