Por Miguel Bermeo T.
El agitado verano que tuvo Enjoy podría extenderse por todo el año. El incumplimiento por parte del holding de casinos de uno de sus covenants podría repetirse en los trimestres que siguen, aseguran fuentes de la compañía.
En las emisiones de deuda por 3 millones de UF en el año 2010, con plazo a 30 años, la firma de casinos se comprometió, entre otras cosas, a tener una relación deuda/Ebitda “no superior a: cinco veces a contar del 31 de diciembre del año 2011; cuatro coma cinco veces durante el año 2012, y; cuatro veces a contar del año 2013 en adelante”, informó Enjoy en sus estados financieros.
El problema vivido en el verano es que ahí mismo Enjoy informó que “al 31 de diciembre del 2011 dicho nivel de endeudamiento alcanza cinco coma sesenta y seis veces”. Gracias a extensiones de plazo para el cumplimiento y un préstamo desde las sociedades del controlador de por medio, la sociedad liderada por la familia Martínez informó el 3 de abril que ya había cumplido dicho compromiso.
Sin embargo, en los trimestres que siguen la situación podría repetirse, pues el compromiso pide ahora una relación deuda/Ebitda de 4,5 veces en 2012.
Fuentes de Enjoy explican que, al final, es una diferencia de interpretación la que está en juego. Mientras ellos señalan que recién en diciembre se hace exigible el factor de 4,5 deuda/Ebitda, los bonistas pedirían esa cantidad en lo inmediato. Es por ello, que hoy la firma se reunirá con los tenedores de bonos para proponer una solución: retrasar el cumplimiento en 4,5 veces hasta diciembre de este año, cumpliendo con 5 veces.
Si se acepta su propuesta, Enjoy no tendría problemas en cumplir, con los ingresos que percibe de sus operaciones y gracias a la posible entrada de un socio en una sociedad nueva que se quedaría con los activos inmobiliarios de Enjoy Santiago, lo que está siendo revisando por la Superintendencia de Casinos de Juego.
En todo caso, fuentes de los bonistas ven como poco probable que acepten la propuesta, debido a que ello redundaría en un menor valor de los papeles y en última instancia un menor retorno sobre la inversión realizada, en caso de venta de los títulos de deuda.