General Electric anunció hoy
que
durante los nueve primeros meses del año ganó US$ 7.109 millones (64 centavos por acción), lo que supone un descenso de 11%,
aunque aseguró que percibe una mejora en el entorno económico, que
se ha traducido en un aumento de los pedidos.
Su facturación
entre los dos periodos comparados descendió un 5%
y quedó en US$ 109.937 millones, según detalló la compañía,
que con sus cuentas no logró estar a la altura de las previsiones de
los analistas.
Sólo en el tercer trimestre del año su beneficio
cayó un 18% para
quedar en US$ 2.055 millones (18 centavos por acción), algo
que sí esperaban los analistas y que fue interpretado como el
resultado de un importante esfuerzo de reducción de costos
corporativos.
En cambio, su facturación también se redujo un 5%
para quedar en
US$ 35.888 millones, afectada por una menor venta de
equipamiento y la reducción de los activos de su brazo financiero,
GE Capital.
"Esperamos ver cómo las ganancias de nuestro negocio
de servicios
financieros siguen creciendo", apuntó sin embargo el presidente y
consejero delegado del grupo, Jeff Immelt.
"Por primera vez en
ocho trimestres vemos un avance en los
pedidos tanto de equipamiento como de servicios", agregó.
La
debilidad de los datos del este gigante estadounidense hizo
temer a los analistas sobre el ritmo real de la recuperación
económica, ya que este grupo está enormemente diversificado y supone
un buen reflejo de diferentes sectores productivos del país.
El
descontento de los inversionistas ante estos datos se tradujo en
un descenso de las acciones de la compañía, que bajaban más del 4,4%
en los primeros compases de la sesión, para negociarse a US$ 16,42
cada una en la Bolsa de Nueva York.