Redes de contacto y financiamiento son las trabas del emprendimiento femenino en Chile

El último reporte de Global Entrepreneurship Monitor: Mujeres y Actividad Emprendedora en Chile 2013 - 2014, señala que el 25,5% de las mujeres económicamente activas se declaran emprendedoras. De ellas 19% reconoce tener un proyecto en estapas iniciales y 6,5% asume ser emprendedora establecida.

Además, el perfil de la emprendedora chilena corresponde a una mujer de 39 años en promedio en el caso de las emprendedoras iniciales, y de 44 años para las mujeres con emprendimientos establecidos.

Frente a este panorama Francisca Valdés, directora de Mujeres Empresarias (ME), afirma que uno de cada tres emprendimientos son de mujeres, lo que según representantes del ecosistema se debe a limitantes de acceso a financiamiento y redes, además de aspectos culturales.

Valdés explica que "las mujeres son buenas desarrollando redes de contacto en lo personal, pero detectamos una falencia en el trabajo. Hay que ayudarlas a acceder a estas redes", sostiene, y agrega que en ocasiones a ellas se les pide más aval o documentación para acceder a financiamiento.

Valdés sostiene que los aspectos culturales y psicológicos también son una limitante. "Se trata de pensar en grande y ser más atrevida, algunas mujeres tienen problemas con el riesgo. He visto casos de hombres que hipotecan la casa y no ocurre tanto en mujeres, no arriesgarán su familia por un emprendimiento, aunque algunas sí", apunta.

La ejecutiva de ME revela la importancia de incentivar el emprender a menor edad, ya que se tienen menos responsabilidades y más energía.Añade que es clave mostrar casos de jóvenes emprendedoras exitosas y permear a las nuevas generaciones, que es el objetivo del Premio Joven Emprendedora que entrega ME.
Coincide con este juicio, Bárbara Silva, CEO de BST Innovation y embajadora de Singularity University, quien apunta a la ventaja de emprender tras una experiencia corporativa, ya que se cuenta con una red de contactos. No obstante, indica que cuando no se tiene esta experiencia la clave es la mentoría para así generar redes.

Sobre el financiamiento, si bien la ejecutiva lo destaca como factor relevante en etapas iniciales, advierte sobre la importancia de desarrollar una propuesta de valor sin descuidar la venta en el levantamiento de capital. Añade que no se debe generar una discusión sobre género, sino que es importante dar visibilidad a las emprendedoras exitosas, ya que la inspiración genera acción aportando al ecosistema.

"No es un tema de emprendimiento femenino o masculino, se trata de la diversidad. Un equipo será más potente si tiene personas que vienen de distintas disciplinas y, al mismo tiempo, cuando hay diversidad de género se pueden ver los problemas y soluciones desde diversas perspectivas", sostiene Silva.

En tanto, Alexandra Edwards, directora de Ashoka, comenta que otras de las barreras que enfrentan las mujeres al emprender son culturales y sistémicas, como los estereotipos de roles, la poca flexibilidad laboral y la falta de tiempo que se requiere al emprender. A esto se suma la falta de capacitación y las dificultades para acceder de forma independiente a créditos y financiamiento.

"Influye el que hoy las mujeres se ven sobrepasadas asumiendo cargos adicionales en el mundo laboral, sin disminuir su carga doméstica, y en general los hombres no se han sumado a compartir estas tareas como vemos en otros países más desarrollados", comenta Edwards.

El aporte de la tecnología
Alejandra Mustakis, socia fundadora de IF y emprendedora serial, apunta a las oportunidades que abre la tecnología para el desarrollo de las mujeres. "En esta era digital, los exitosos serán quienes sean capaces de jugar muchos roles en diferentes ámbitos. Hay un espacio gigante para las mujeres, somos especialistas en generar vínculos con otros y a partir de eso construir. Las mujeres estamos acostumbradas a hacer muchas cosas y jugar muchos roles a lo largo de la vida".

Según Mustakis, las mujeres comienzan el emprendimiento con la ventaja de la motivación, la energía para enfrentar nuevos proyectos y una capacidad de resiliencia superior para enfrentar el fracaso.

En cuanto a compatibilizar el trabajo con la vida familiar, asevera que la tecnología se ha convertido en un aliado. "Existe Internet y miles de formas de conectividad con el mundo, uno puede trabajar desde su casa y con las herramientas para sacar adelante un proyecto", indica la experta.