Gobierno de Brasil confía en cumplir metas presupuestarias y da señales de mejora fiscal
La inflación cayó en octubre y el banco central podría rebajar nuevamente la tasa. El mercado laboral también supera las expectativas.
Lo peor de la crisis parece haber pasado. Brasil, que el año pasado anotó una contracción de 3,8% del PIB y un déficit fiscal de casi 10 puntos del Producto, podría comenzar a revertir su situación, a juzgar por las señales macroeconómicas y políticas que ha mostrado en las últimas semanas.
La más fuerte de ellas fue, probablemente, la aprobación con amplia mayoría en la Cámara de Diputados de uno de los proyectos insignes de la administración de Michel Temer: un límite a los gastos fiscales que amarra el crecimiento de los desembolsos a la inflación. El proyecto logró 359 votos a favor y 116 en contra, demostrando que el gobierno, instalado tras la destitución de Dilma Rousseff a fines de agosto, tiene capacidad para sacar adelante sus iniciativas en el Legislativo.
Otra victoria para Planalto en el congreso fue la aprobación de una ley de repatriación que busca aumentar los ingresos del gobierno a través de cobro de impuestos y multas.
Con ese escenario al frente, en el Ejecutivo hay confianza en la capacidad de lograr las metas fiscales, según dijo a Bloomberg el secretario del Ministerio de Hacienda, Masueto Almeida, un economista encargado del monitoreo de las señales económicas del país.
De acuerdo con el funcionario, el gobierno será capaz de entregar un déficit menor a los 170.500 millones de reales (US$ 53.306 millones) que aprobó por ley este año. No obstante, Almeida reconoció que las mejoras han sido más lentas de lo que esperaban cuando asumieron la administración.
“Esperábamos una recuperación mucho más rápida”, señaló, detallando que la mejora de la confianza no se ha traducido aún en mayores índices de inversión o de consumo.
El funcionario dijo esperar que la billetera del país vea números azules el próximo año, aunque reconoció que “es difícil hacer previsiones cuando se está saliendo de una recesión de este tamaño”.
En el FMI, en tanto, las expectativas apuntan a que Brasil seguirá en déficit, pero logrará reducir su inflación y aumentar la inversión a partir de 2017. El próximo año, prevé, la economía más grande de Latinoamérica se expandiría 0,5%.
Pulso macroeconómico
En declaraciones a Bloomberg, Almeida reconoció que algunos indicadores han dado señales de recuperación más lenta de lo esperado. Las ventas del retail, por ejemplo, cayeron 0,6% en agosto en comparación con julio, y 5,5% al contrastarse con las del octavo mes del año anterior.
No obstante, la economía también entrega razones concretas para el optimismo. El desempleo se ubicó por debajo de las expectativas durante el tercer trimestre, aunque mantiene un nivel récord de 11,8%. Los economistas habían previsto que el número se incrementaría en al menos 0,1 puntos.
Junto con ello, la inflación registrada en octubre trajo noticias positivas, al caer casi dos puntos porcentuales en comparación con el mes anterior. De acuerdo con información publicada la semana pasada por la Fundación Getulio Vargas, los precios se incrementaron 8,78% en un año. Con ello, crecen las expectativas de que el banco central rebaje la tasa de interés en su próxima reunión, que se llevará a cabo el 29 y 30 de noviembre. Se trataría de la segunda rebaja de este año, luego de la que llevó a cabo el mes pasado, por primera vez en cuatro años.
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