Un mayor gasto de los consumidores y del gobierno fueron los principales motores de crecimiento en Japón, que durante el primer trimestre se expandió a un ritmo anualizado de 1,7%, muy por sobre las expectativas del mercado, cercanas a cero. El Producto Interno Bruto nominal aumentó en 2,2%, el mayor salto en los datos en casi 20 años. La meta del gobierno es 3%.
Según un reporte oficial del Ejecutivo, durante los primeros meses del año la economía fue capaz de hacer frente a una caída en la inversión de las empresas, que se mantienen escépticas en apostar por un país que atraviesa un duradero ciclo de expansión y contracción. El gasto corporativo cayó 1,4%, mientras que el consumo privado (que es responsable del 60% del PIB) aumentó 0,5%.
“Las cifras del PIB fueron mucho más fuertes de lo esperado, pero cuando se resta el efecto del año bisiesto, la condición real de la economía japonesa es un continuo estancamiento”, dijo a Bloomberg el economista jefe de Meiji Yasuda Life Insurance Co. en Tokyo, Yuichi Kodama.
Por su parte, el economista senior del Mizuho Research Institute, Hidenobu Tokuda, manifestó a Reuters que “el crecimiento no es tan fuerte como muestra la cifra principal”. El experto estimó que, sin el efecto del año bisiesto, el crecimiento anotado por Japón habría sido de apenas 0,3% durante el trimestre.
“Con un día adicional, la gente come y gasta más”, dijo el economista de Natixis SA en Tokio, Kohey Iwahara a Bloomberg. “Este hecho puede parecer trivial, pero hace una diferencia cuando la confianza de los consumidores cae y el crecimiento de los salarios es bajo”, señaló.
Tras una contracción que fue corregida de 1,1% a 1,7% en el cuarto trimestre del año anterior, los analistas temían que el país no creciera lo suficiente para evitar una recesión y anotara dos períodos seguidos de cifras negativas.
Aumento de impuestos
Tras conocerse los datos, voces expertas se alzaron para criticar el aumento del impuesto a las ventas planificada para el próximo año, del 8% actual a 10%.
El profesor emérito de la Universidad de Yale y uno de los principales asesores del primer ministro Shinzo Abe, Koichi Hamada, dijo que aplicar el cambio tributario planificado causaría “una gran confusión”.
Medios japoneses reportaron que Abe pospondrá el cambio, pero autoridades del oficialismo dicen que no hay una decisión final. El propio primer ministro se ha manifestado reacio a cambiar los planes, aunque ha reconocido que el consumo privado se muestra más débil de lo esperado después del primer aumento en el impuesto a las ventas, que el gobierno aplicó en 2014.
“El dato del PIB probablemente hará presión para que Abe retrase el alza de impuesto a las ventas y descarte un estímulo fiscal adicional de US$ 45,76 millones”, sentenció Tokuda y agregó que espera “una baja de política monetaria del Banco de Japón, frente al bajo crecimiento y la inflación”.
Sin ajuste por variación de precios, el PIB japonés aumentó 0,5% frente al trimestre previo, manteniendo el promedio de los tres años anteriores. Las presiones inflacionarias, en tanto, se relajaron, al tiempo que los sueldos aumentaron 0,6% desde el trimestre anterior.
