“El 2 de octubre se acabó el período de (Juan Manuel) Santos, el presidente que hizo el esfuerzo más serio por la paz y alcanzó a firmarla, para verla caer días después”, declaró en una columna el escritor colombiano Héctor Abad, intentando explicar las consecuencias del plebiscito en el que un acuerdo entre el gobierno y las FARC fue rechazado por 50,2% de los votantes.
Y al parecer su sentencia al liderazgo presidencial ya comienza a concretarse. Ayer presentó su renuncia al gabinete la ministra de Educación, Gina Parody, quien había tomado un rol activo en la campaña por el Sí, recorriendo el país para socializar el contenido de los acuerdos.
“En las últimas horas, he presentado al señor presidente Juan Manuel Santos la renuncia al cargo de Ministra de Educación por considerar que he culminado un ciclo de servicio a los jóvenes y niños del país”, señaló la autoridad en una rueda de prensa.
Se trata de la primera renuncia que se concreta tras el fracaso gubernamental en las urnas, aunque el lunes, el jefe negociador del acuerdo, Humberto de la Calle, también presentó su dimisión. Santos no la aceptó y lo reafirmó en su cargo.
Analistas estiman que el país se encamina a una crisis política y que el oficialismo perderá su capacidad de impulsar proyectos de ley. El Ejecutivo, dicen, se va quedando solo.
“La coalición de gobierno se va a derrumbar”, dijo a Bloomberg la cientista política Sandra Borda, decana del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Jorge Tadeo Lozano. Agregó que la oposición “no dejará pasar nada en el Congreso”.
Reunión con Uribe
El crecimiento de la influencia opositora obligó a Santos a tender puentes con el ex presidente Álvaro Uribe, del que alguna vez fue ministro de Defensa. Ayer, el mandatario informó que invitó al líder opositor a un encuentro en la Casa de Nariño. Se trata de la primera vez que ambos se reúnen en los últimos cinco años.
Reforma tributaria
Antes del plebiscito el mayor desafío en el horizonte del Ejecutivo era diseñar una reforma tributaria que le permitiera pagar el post conflicto y recuperar un grave déficit fiscal ocasionado por la baja en las rentas petroleras. Sin embargo, tras el sorpresivo resultado, podría ser difícil que el gobierno logre tramitar ese proyecto.
El estratega de Bank of America Ezequiel Aguirre escribió en una nota a clientes que “esto incrementará significativamente la probabilidad de una rebaja en la calificación crediticia por parte de S&P o Fitch, que tienen a Colombia con perspectiva negativa”.
El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, señaló que el gobierno está “decidido a sacar la tributaria” adelante.
Coalición en vilo
El Partido por el Cambio Radical (antiguo aliado del uribismo y hoy parte de la coalición de Santos) ofreció un apoyo tibio a la campaña por el Sí y su falta de decisión se evidenciaba en el comportamiento del vicepresidente del país, Germán Vargas Lleras, quien podría estar pensando en una opción presidencial.
Vargas Lleras había asumido que, al iniciar las negociaciones con las FARC, se había mantenido “escéptico” y se manifestaba preocupado por la justicia transicional.
Según Bloomberg, el presidente del partido, Rodrigo Lara, dijo en una entrevista que está comprometido con el gobierno y que su colectividad apoyará la reforma tributaria.
Otro sector cuya lealtad está en duda es el Partido Verde, que apoyó los diálogos con las FARC. “La capacidad para gobernar del presidente Santos está obviamente debilitada”, dijo la senadora de esa colectividad Claudia López. “El proceso de paz y la reforma tributaria están vinculadas. Este gobierno no tiene oportunidad de pasar una reforma tributaria. No tiene el apoyo político ni la legitimidad”.