Economía

Powell encabezará la Fed bajo la presión de desregular Wall Street para Trump

La nominación del exbanquero para presidir el banco central más influyente del mundo es visto como una señal de continuidad, pero también deja dudas sobre el futuro de las reglas financieras establecidas tras la crisis de 2008.

Por: Ignacio Gallegos F. | Publicado: Viernes 3 de noviembre de 2017 a las 04:00 hrs.
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Por primera vez en casi cuatro décadas, el banco central más influyente del mundo está a punto de ser presidido por un multimillonario sin estudios de economía.

Jerome Powell, abogado y exbanquero, fue nominado ayer por el presidente Donald Trump para tomar las riendas de la entidad a partir de febrero, cuando termine el período de la actual presidenta, Janet Yellen.

No es un rostro nuevo. Tras ser socio de la administradora de fondos The Carlyle Group y luego subsecretario del Tesoro en la administración de George H.W. Bush, Powell forma parte del Comité Federal de Mercados Abiertos (FOMC, su sigla en inglés) desde 2012, y cuenta con derecho a voto sobre la política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos.

Pero su eventual llegada a la cima de la entidad representa un quiebre en la línea de sucesión: el nominado carece del background académico que han ostentado los presidentes de la Fed desde la era de Paul Volcker, hace casi 40 años. También dejará a Yellen como la primera persona que preside el banco por sólo un período en la era moderna.

Expertos del mercado, desde Goldman Sachs hasta Mohamed El-Erian, han caracterizado a Powell como una opción de continuidad de la política de Yellen, caracterizada por el fuerte apego a los datos macroeconómicos y los esfuerzos para hacer que las decisiones del banco central sean lo más previsibles que se pueda, para evitar movimientos bruscos en los mercados.

Su visión se basa en los registros: las visiones de Powell sobre el rumbo monetario de EEUU no han diferido de los de la actual presidenta, y, de hecho, nunca ha votado de manera distinta a ella.

Pero también hay quienes alertan que el multimillonario es, aunque no lo parezca, un intento de Trump por remecer profundamente la filosofía del banco central estadounidense.

“La era de una Reserva Federal bipartidista o tecnocrática se acabó” dijo a Bloomberg Mark Spindel, coautor de El mito de la Independencia, sobre la relación del congreso con la Fed. Para él, Powell “estará atrapado en una posición muy difícil, entre un Congreso que evita la culpa, un presidente de voz fuerte y un comité potencialmente ingobernable”.

La sombra del presidente

Si se convierte en el nuevo jefe de la Fed, Powell será la persona más acaudalada en llegar al cargo. Con un valor neto de US$ 112,3 millones, según Bloomberg, el gobernador es parte del 0,1% de la población más rica de EEUU. Ello, sumado a su historial con Wall Street, podría poner nerviosos a quienes temen que la desregulación financiera que prometió Trump se haga realidad.

No está claro que eso se concrete. A inicios de año, cuando Trump buscaba a un nombre al que poner como jefe de regulación de la Fed, Powell fue considerado demasiado duro para los bancos. Pero, en medio de la crisis financiera, el exbanquero sí alzó la voz para alertar que las nuevas reglas, aunque bien intencionadas, podrían terminar frenando la economía.

Ayer, al presentarlo ante medios y autoridades, el mandatario no hizo referencia a sus promesas. Se limitó a manifestar que “si vamos a sostener el progreso, nuestra economía requiere una política monetaria sensata y monitoreo apropiado”.

Probablemente en junio de este año, Powell dio las luces más claras sobre su postura. Ante el Comité de Finanzas del Senado, señaló que apoyaba las normas instauradas tras la crisis de 2008, pero agregó que ve espacio para mejoras. “La idea es preservar las reformas centrales que se hicieron, pero también volver y limpiar nuestro trabajo”, sentenció.

Ayer, con Trump a su espalda, aseguró que defenderá la independencia del banco central y agregó que, en parte gracias a las reglas de la post crisis, “nuestro sistema financiero hoy es más resiliente”.

El tema será parte central de su proceso de confirmación ante el Senado, donde requiere una mayoría simple para asumir el cargo. Es probable que la consiga: en 2012, cuando Barack Obama lo propuso como gobernador, fue confirmado por 74 votos a favor y 21 en contra, y en 2014 fue reafirmado con 67 apoyos y 24 rechazos.

La crisis fantasma

Powell recibirá un crecimiento en aceleración, una inflación controlada, aunque baja, y un desempleo que está en su menor nivel de los últimos 16 años. Todo ello le permitiría continuar subiendo gradualmente las tasas y retirar los estímulos extraordinarios que instauró Bernanke tras la crisis financiera.

Pero un error en el ritmo podría tener consecuencias devastadoras. Si las alzas se aplican demasiado rápido, el mercado bursátil podría interrumpir la inédita racha alcista que ha registrado este año que, en combinación con una inflación que se mantiene porfiadamente bajo la meta del banco central, podría preparar el escenario para una recesión. Un ritmo demasiado lento amenaza con dejar crecer demasiado el precio de los activos, lo que amenaza con generar un estallido más adelante.

“La normalización de la política monetaria en EEUU ha sido y debería seguir siendo gradual, mientras la economía evolucione como se espera”, señaló Powell el mes pasado.

Cualquier sorpresa encontraría a la Fed con escaso margen de maniobra: las tasas están apenas un punto por encima de los mínimos históricos de la post crisis y la entidad comenzó apenas el mes pasado a reducir su portafolio de bonos.

Ante ello, muchas voces en Washington han pedido que el banco central tome un rol más mecánico, basado en reglas. Powell se ha negado. En febrero, manifestó que “no hay consenso de que haya una regla que por sí sola sea mejor, mucho menos que sería deseable que el FOMC escogiera y siguiera mecánicamente una regla, excluyendo las otras” .

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