El Acuerdo Transpacífico (TPP, su sigla en inglés) es una victoria estratégica y política para los gobernantes de las dos economías más grandes del bloque, el presidente estadounidense Barack Obama y el primer ministro japonés Shinzo Abe. Se transforma, además, en el primer acuerdo comercial entre la primera y la tercera economía mundial.
El pacto es el elemento económico clave del “giro hacia Asia” de la administración Obama, una estrategia que busca contrarrestar la influencia de China en la región. El acuerdo representa además otra gran victoria para Obama en su política exterior, a sólo un mes de que EEUU y sus socios europeos llegaran a acuerdo para evitar que Irán desarrolle armas nucleares y a meses de que se hayan restablecido las relaciones diplomáticas con Cuba.
El pacto es también un componente clave de la “tercera flecha” de reformas económicas que Abe intenta aplicar en Japón desde que asumió el poder en 2012. Esto lo llevó a enfrentarse a poderosos actores políticos, como el lobby agrícola, argumentando que el TPP ayudará al país a implementar las reformas que se necesitan para impulsar el crecimiento de la economía.
El Producto Interno Bruto de Japón se contrajo a una tasa anualizada de 1,2% en el segundo trimestre y los datos más recientes sugieren que el tercero tampoco fue positivo, con lo que el país entraría en recesión técnica.
El TPP será además el primer acercamiento comercial entre Japón y EEUU. Ambos países nunca habían sellado un acuerdo comercial bilateral, pero las negociaciones del TPP generaron conversaciones paralelas que resultarán en un pacto comercial de facto.
Asimismo, permitirá integrar aún más la economía y cadenas de suministro de Japón con las de Norteamérica. De hecho, uno de los puntos más difíciles de zanjar fue el de las reglas de contenido local para los automóviles y partes de auto.
Esto enfrentó a los fabricantes de partes de auto de Canadá y México, que prosperaron con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta) que se firmó hace 20 años, con las automotrices japonesas.
Las firmas niponas, pese a tener una presencia significativa en Norteamérica, aún tienen cadenas de suministro que se extienden a países que no pertenecen al TPP, como China y Tailandia.