El Gobierno alemán baraja ya en sus informes internos una caída del PIB que oscilaría entre el 4,5% y 5% para el 2009.
Sin embargo, la previsión oficial de 2,25% se mantendrá hasta finales de abril,
cuando se presente el próximo informe de coyuntura. El
desplome de las exportaciones como consecuencia de la debilidad de la
demanda mundial ha acelerado la caída libre de la mayor economía del
euro.
Cuando Deutsche Bank calculó un posible escenario negro con una
contracción de 5% el ministerio de Finanzas alemán calificó de fatídicos e irresponsables a los economistas de la citada entidad. Ayer uno de los institutos más influyentes de Europa, el Ifo, bajó su previsión para el
presente ejercicio desde el -2,2% hasta -4%.
Su presidente, Hans-Werner Sinn, manifestó ayer que "Alemania todavía
es un elemento de estabilidad en la economía mundial" porque la crisis "todavía no se percibe", pero estimó que en los próximos meses se
disparará la cifra de desocupados con consecuencias duras para la sociedad.
El Ifo pronostica caída del PIB para la Unión Europea (UE) y para la economía mundial
de 3,5% y 1,5%, respectivamente. Sinn cree que Berlín debería
hacer un esfuerzo mayor para respaldar la coyuntura, algo que ayer la
canciller Angela Merkel volvió a rechazar de manera tajante.
En una declaración en el Bundestag, previa a la cumbre de Bruselas,
Merkel rechazó nuevas medidas coyunturales como pidió EE.UU. a Europa
pues "primero hay que esperar a ver qué efecto han tenido las que hemos
aprobado".
La canciller negó también el apoyo de su Gobierno a cualquier
propuesta de la UE que no sea para realizar inversiones en 2009 o 2010,
porque no quiere hipotecar su presupuesto a largo plazo.