El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se muestra
optimista sobre el establecimiento de un marco para la recuperación en la
crucial cumbre del G-20 de esta semana, asegurando que los líderes mundiales
saben que tienen que “expresar un sólido mensaje de unidad” por el bien de la
economía global.
En una entrevista que publica hoy Financial Times en víspera
de la cumbre económica del G-20, Obama restó importancia a los comentarios
sobre la existencia de diferencias entre su país y las principales economías de
Europa, en especial Alemania y Francia.
Pero reconoció que, pese a las numerosas declaraciones de Washington
sobre la necesidad de implementar más medidas para mejorar el crecimiento
económico en todo el mundo, en su país se ha producido una reacción
violenta contra el aumento del gasto que dificulta que pueda presentar nuevas
medidas de estímulo económico en un breve espacio de tiempo.
"En todos los países existen tensiones entre los pasos
necesarios para reactivar la economía y el hecho de que muchos de ellos sean
muy costosos y despierten el escepticismo de los contribuyentes ante la idea de
gastar ingentes sumas de su dinero, especialmente cuando se percibe que gran
parte de ese dinero no se ha destinado a su ayuda, sino que ha ido a parar a
las manos de aquellos a los que consideran responsables de haber ayudado a
precipitar la crisis".
Admitió que le resultaría complicado solicitar más dinero
para recapitalizar el sistema bancario hasta que Wall Street convenza a los
votantes de que no se están despilfarrando los fondos.
Argumentos
"Si los votantes creen que lo único que hacemos es inyectar
más y más dinero en las instituciones sin ver beneficio alguno a parte de
evitar la catástrofe, resulta más difícil hallar un argumento para realizar
nuevas intervenciones", agregó Obama.
El mandatario, que iniciará mañana su primer gran viaje al
extranjero como presidente, aseguró que coincidía con Angela Merkel y Nicolas
Sarkozy sobre la necesidad de coordinar nuevos estímulos fiscales y diseñar
nuevas regulaciones.
"La prensa ha calificado estas opciones de excluyentes",
señaló Obama en su primera entrevista con una publicación internacional.
"Lo que yo expuse es que se necesita un enfoque que englobe
ambas opciones. Necesitamos un estímulo y necesitamos una mayor regulación.
Tenemos que abordar los problemas que se nos plantean y, también, asegurarnos
de que damos los pasos necesarios para evitar que crisis de este tipo se
repitan de nuevo".
En declaraciones que parecen discrepar con las recientes
observaciones de Merkel, que prácticamente ha descartado nuevos gastos
deficitarios en Alemania, Obama aseguró: "Con respecto a los estímulos, llegaremos
al consenso de que los países del G-20 harán todo lo necesario para potenciar
el comercio y el crecimiento".
Sin embargo, Obama insinuó que los líderes se mostrarían
reacios a prometer la prolongación de estas medidas de gasto hasta 2010 –tal y
como ha pedido el Fondo Monetario Internacional–. "Existe una preocupación
justificada en todos los países que hemos puesto en marcha paquetes de
estímulo. [Primero] tenemos que ver sus resultados", explicó.
El presidente de EEUU también pidió que los líderes del G-20
tomen "serias medidas" para ocuparse de los activos tóxicos de los balances de
los bancos de sus respectivos países.
Un borrador del comunicado del G-20, al que tuvo acceso ayer
Financial Times, no contiene planes específicos sobre un paquete de estímulo,
al que se han opuesto los países europeos. Sin embargo, reitera las promesas de
evitar el proteccionismo y concluir las conversaciones sobre comercio global,
estancadas en la actualidad –si bien aporta pocos detalles sobre las
actuaciones globales para estimular la economía –.
Obama, cuyos índices de popularidad siguen siendo altos en
EEUU pese a las crecientes reacciones opuestas contra su rescate de las firmas
de Wall Street, reconoció que cada país tiene “su propio ritmo político”. Pero
añadió que los líderes del G-20 debían “reconocer que, ante la severa
contracción global, tenemos que adoptar... un enfoque para estimular la
economía y combatir el proteccionismo”.