El ministro de Asuntos Exteriores de
Brasil, Celso Amorim, considera que la Ronda de Doha que se negocia
actualmente en Ginebra logrará concluirse si se logra un equilibrio
entre realismo y ambición.
"Esto es una balanza entre ambición y realismo y necesitamos un
poco de los dos si queremos concluir, lo que no puede ser es que se
tenga la ambición en contra de los países en desarrollo y el
realismo en el lado de los desarrollados, y es como parece",señaló.
En general, los países ricos piden acceso a los mercados
industriales de las naciones emergentes, y los países en desarrollo
quieren que los ricos bajen sus aranceles para sus productos
agrícolas y disminuyan considerablemente los subsidios internos.
Precisamente, preguntado sobre si Estados Unidos ha dado alguna
indicación sobre el recorte de sus subsidios, Amorim dijo que no le
habían señalado ningún número, aunque recordó que Washington debería
hacer un recorte considerable a las cifras anunciadas anteriormente.
"Teníamos la proposición del G-20, pero se ha quedado modesta
dada la situación de los precios de los productos primarios", agregó
el ministro.
En las anteriores rondas de negociación, Estados Unidos anunció
una base de US$13.000 millones anuales y un techo de US$16.400
millones.
Pero dado el aumento del precio de los productos agrícolas, las
ayudas actuales se sitúan en US$7.000 millones, por lo que
de aceptarse la propuesta estadounidense, Washington podría
aumentar, no recortar sus ayudas distorsionadoras.
Para Amorim, la reunión de hoy fue "necesaria pero no sirvió para
nada".