Las firmas dueñas de dos grandes complejos de viviendas en
Nueva York decidieron ceder su control a los acreedores y poner así fin a la
mayor operación inmobiliaria de la historia de Estados Unidos, informó hoy la
prensa local.
Tishman Speyer -propietario también del rascacielos Chrysler y el Rockefeller
Center de Nueva York- compró en 2006 junto a BlackRock los complejos
residenciales Peter Cooper Village y Stuyvesant Town por US$ 5.400 millones,
hasta entonces propiedad de la aseguradora MetLife.
En tanto, las empresas compradoras decidieron ceder su propiedad a los acreedores después
de admitir que no pueden hacer frente a la deuda de US$ 4.400 millones que
contrajeron para financiar la adquisición, explica hoy el diario The Wall
Street Journal.
El rotativo financiero agrega que Tishman y BlackRock han tratado sin éxito
durante meses de reestructurar la deuda, en momentos en que la economía de
Nueva York se había debilitado y también se han mermado los precios de los
alquileres y la demanda de apartamentos de alta calidad.
Los dueños de los conjuntos residenciales señalaron que trataron de negociar "de buena fe" una
reestructuración de la deuda, pero en los últimos días pareció evidente que
"la única alternativa viable a la bancarrota sería transferir el control y
la operación de la propiedad a los prestatarios y sus representantes".