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Inversionistas en Latinoamérica menosprecian los problemas de OGX

“Es una historia triste” dijo Arthur Byrnes...

Por: | Publicado: Lunes 4 de noviembre de 2013 a las 05:00 hrs.
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Por Vivianne Rodrigues


Nueva York


“Es una historia triste” dijo Arthur Byrnes, director gerente en Deltec Asset Management, hablando de la espectacular caída en desgracia del empresario brasileño Eike Batista.

“De alguna manera, Batista tenía mucho a su favor, y era el tipo de persona que podía hacer cosas buenas para Brasil en términos de infraestructura y de fomentar la competencia del sector privado. En vez de eso, todo explotó“.

Después de meses de conversaciones sobre la reestructuración, el ex multimillonario emblemático de OGX señaló la semana pasada que las negociaciones con los tenedores de los 
US$ 3.600 millones en bonos terminaron sin llegar a acuerdo. Esto empujó a OGX a acogerse a protección por quiebra, convirtiéndose en la mayor bancarrota corporativa en Latinoamérica.

En Brasil, los acreedores de Batista y los socios comerciales han luchado por proteger sus intereses ante la quiebra. Sin embargo, de nuevo en Estados Unidos y Europa, los inversionistas en activos de renta fija de América Latina se quedan con otra pregunta: ¿el hundimiento del imperio de Batista arrastrará a sus otros bonos corporativos en la región?
Durante la última década en el mercado de bonos corporativos de América Latina, estallidos como el de OGX de Batista han sido pocos y muy alejados unos de otros. Su llegada ha sido bien telegrafiada y su impacto fue tan localizado que cuando los titulares provocaron una venta masiva la semana pasada, la deuda corporativa en la región fue más propensa a ofrecer recompensas a los compradores con un horizonte de inversión a largo plazo.

Pero el último año ha sido diferente. Los bonos en Latinoamérica han estado bajo presión en medio de una amplia venta en los mercados emergentes anticipándose al fin del programa de estímulo de la Reserva Federal de EEUU.

Los defaults corporativos se han disparado en toda la región, con un par de casos de alto perfil entre los constructores mexicanos.

Brasil, en particular, enfrentó una troika de malas noticias en la forma de una desaceleración de la economía, mayor inflación y una ola de protestas. Como resultado, los precios bajaron y el desempeño ha decaído en comparación con sus pares de mercados emergentes.

Hasta el martes pasado, la deuda corporativa latinoamericana de alto grado había acumulado retornos negativos de 3,3% este año, en comparación con un negativo 1% para bonos mayores de los mercados emergentes de calificaciones similares, de acuerdo a los índices de JPMorgan.



Nuevos compradores


Sin embargo, lejos de alejar a las personas, la combinación de precios más bajos y la declaración de quiebra de OGX puede atraer a una nueva ola de compradores, comentaron operadores e inversionistas.

“El problema con OGX, tan lamentable como es, se viene arrastrando desde hace bastante tiempo”, indicó el trader titular de bonos de América Latina que opera en un gran banco de Estados Unidos. “Ahora todos sabemos cómo termina esta historia. Es casi como un borrón y cuenta nueva para los bonos de Latinoamérica. Las personas pueden finalmente seguir adelante”, agregó.

Daniel Shirai, un operador de bonos en Brasil Plural en Nueva York, está de acuerdo. “Si algo hemos visto es un repunte en los bonos corporativos latinoamericanos en las últimas semanas”, detalló. “La situación con OGX fue bien telegrafiada y los inversionistas más fieles saben que los problemas con la empresa eran muy específicos, y no una indicación de gran riesgo sistémico”.

La venta masiva en los mercados emergentes a principios de este año, los retornos mediocres e incluso la quiebra no han disuadido a las compañías latinoamericanas de recaudar cantidades récord este año.

Nuevas ofertas de deuda de la brasileña Petrobras, Pemex de México y el productor de cobre chileno estatal Codelco ayudaron a impulsar la emisión de dólares de este año a un récord de US$ 82.500 millones, según datos de la empresa asesora de inversiones Dealogic.

La cantidad es 4% mayor que el volumen vendido en el mismo período hasta fines de octubre de 2012, y muestra escasos signos de disminuir.

Aún así, los inversionistas no deberían descartar las lecciones proporcionadas por la desaparición de OGX, advirtió Michael Roche, estratega de mercados emergentes del Grupo Seaport.

“En retrospectiva, los inversionistas en bonos fueron prematuros en la ampliación de su capital a la empresa. Había también un buen grado de opacidad en los acuerdos con los inversionistas, y no todos los números eran claros”, puntualizó Roche. “El problema es que los mercados tienen memoria a corto plazo. Tenemos que asumir que se cometerán errores nuevamente”.

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