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La demanda por deuda de Latinoamérica sigue sólida pese a las señales de desaceleración

Mayores déficit y menor crecimiento no auguran un desastre para la región.

Por: John Paul Rathbone, Financial Times | Publicado: Martes 18 de noviembre de 2014 a las 05:00 hrs.
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América Latina ya ha estado en esta situación antes. El auge del precio de los commodities eleva el crecimiento económico; las bajas tasas de interés en Estados Unidos inundan la región con capital; y luego los precios de los commodities colapsan y las tasas de interés en EEUU suben. El capital sale de la región; las monedas caen y los costos de la deuda se disparan. Estos son los ingredientes clásicos de la tradicional desaceleración en Latinoamérica, y muchos de ellos están hoy presentes.

Una señal es que el índice de precios de commodities de Bloomberg, un referencial para las inversiones, ha caído a un mínimo en cinco años a medida que el hambre por commodities de China se ha reducido. Otra señal es la caída de 23% de la inversión extranjera en la región en la primera mitad del año comparado con 2013, en gran parte por la desaceleración de las inversiones mineras.

Una tercera señal es que algunas monedas latinoamericanas han sufrido fuertes depreciaciones, mientras los déficit en cuenta corriente han continuado deteriorándose. Estos crecientes déficit están presentes pese a la desaceleración del crecimiento de la región a 1,2% este año, según el Banco Mundial.

Y una cuarta señal es la preocupación de que algunas empresas latinoamericanas, habiendo emitido cantidades récord de bonos en moneda extranjera (US$ 117 mil millones en los primeros nueve meses, según Dealogic), podrían tener dificultades para pagar sus deudas. En octubre, Moody rebajó los bonos de la petrolera estatal brasileña Petrobras a dos niveles por encima de grado especulativo debido al efecto de la caída de los precios del petróleo y un real valor más débil sobre su deuda de
US$ 170 mil millones.

¿Es todo pesimismo para los mercados de capitales de América Latina el próximo año? La respuesta, quizá sorprendentemente, es: no, y ciertamente no en todos los mercados. "La necesidad de financiamiento seguirá siendo fuerte y los balances son sanos en general", dijo Antonia Stolper, jefa de mercados de capitales para las Américas del bufete Shearman & Sterling. "No veo necesidad de una desaceleración".

Chris Gilfond, co-director de mercados de renta variable y de crédito de América Latina de Citi, cree que 2014 "será otro año récord para la emisión de deuda, aunque el ritmo ha empezado a disminuir", y señala que la emisión de deuda en el tercer trimestre ha caído respecto del año pasado. "2015 podría ser el primer año después de muchos en que no se logra un récord de emisión de deuda, pero no veo una crisis". El mayor riesgo para tal optimismo son China y las tasas de EEUU.

Una repentina caída de la economía china tendría un efecto mayor en las economías sudamericanas impulsadas por commodities, pero también es relativamente improbable. El alza en las tasas de interés de EEUU es más probable, pero tendría un efecto relativo menor, dicen los analistas.

"Mientras que China es más importante para la región, creo que el riesgo de reversión de los flujos de capital debido a las mayores tasas de EEUU es el mayor riesgo", explica Ilan Goldfajn, economista jefe en Itaú-Unibanco.

Aún así, hay muchas razones por las que los mercados de deuda de América Latina deberían continuar disfrutando de una buena carrera, pese a ocasionales estallidos de alta volatilidad, aunque no a los niveles récord de los últimos años.

En primer lugar, incluso si las tasas de interés de EEUU suben ahora que el alivio cuantitativo ha terminado, el Banco de Japón y el BCE parece que van a seguir bombeando liquidez en el futuro inmediato.
"También hay una escasez estructural de bonos", dice José Luis Daza, jefe de inversiones de QFR Capital Management, y agrega que esto debería mantener la demanda por deuda latinoamericana de mayor rendimiento.

Paradójicamente, esta demanda sostenida podría también conducir a emisores locales a confundir el apetito por sus bonos con un voto de confianza. Esa percepción errónea podría crear problemas más adelante.
Augusto de la Torre, economista jefe del Banco Mundial para la región, advierte: "la historia reciente muestra que los mercados no siempre castigan a las economías como se espera y así pueden estar dispuestos a prestar dinero a países a los que tal vez no se les debía haber prestado tanto".

Sin embargo, el segundo motivo de alegría es que México, la segunda economía de la región, debe ser vista de manera diferente del resto. Su industria pesada ha sido castigada por el auge de los precios de los productos básicos y por el ascenso de China en los últimos diez años. La reversión de la tendencia debería ahora ayudar a México.

Y en tercer lugar, la región en su conjunto goza en general de una buena gestión de la política económica. El desarrollo de los mercados de deuda en moneda local apoyado en los fondos de pensiones nacionales de rápido crecimiento significa que también hay un mercado de deuda local. Esto es especialmente cierto en los casos de México, Colombia y Chile. "Estos tres países tienen las mejores posibilidades para financiar sus programas de infraestructura", dice un financista senior para América Latina. "En general, también tienen bajas tasas de interés, a diferencia de Brasil, que es una de las razones por las que su programa de infraestructura afronta dificultades", añade.

Las dos excepciones evidentes a esta imagen regional positiva son Argentina y Venezuela. El primero ya está en default de sus bonos reestructurados. El segundo tiene la deuda soberana de mayor rendimiento del mundo, lo que sugiere que es un candidato ideal para un default.

Esto en cuanto a la deuda. ¿Qué pasa con los mercados de inversión de capital y fusiones y adquisiciones (M&A)?

En los primeros nueve meses, las emisiones de acciones cayeron 34% a US$ 18.600 millones en comparación con 2013, víctima de la desaceleración del crecimiento, la debilidad de los mercados bursátiles y la deuda barata.

"Para una empresa tiene más sentido emitir deuda a 7% que acciones a un costo implícito de 17%", señala Stolper. Aún así, las matemáticas podrían cambiar si los costos por préstamos se elevan abruptamente o las monedas se hunden. En ese caso, las empresas, especialmente las que se han expandido por la región, podrían necesitar reconstruir sus balances levantando más capital.

Monedas más débiles y acciones más baratas por mayor apalancamiento beneficiarían a compradores extranjeros, especialmente empresas estadounidenses ricas en efectivo. Eso podría llevar a un alza de las M&A, que llegaron a US$ 93.000 millones en los primeros nueve.

"Podría ser tiempo de compras", dijo el jefe de una oficina de Wall Street de América Latina.

Financial Times.

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