Donald Trump describió a Xi Jinping como "extremadamente difícil de negociar", mientras ambos países se enfrentan por las acusaciones de Estados Unidos de que China está incumpliendo
una tregua comercial firmada en Ginebra el mes pasado.
"Me gusta el Presidente Xi de China, siempre me ha gustado y siempre me gustará, pero es muy duro y extremadamente difícil de pactar", declaró Trump en su plataforma Truth Social.
No quedó claro de inmediato si los comentarios del Presidente estadounidense respondieron a un reciente contacto directo con Xi.
Estos comentarios surgen tras las acusaciones de Washington de la semana pasada de que China está incumpliendo su promesa de aprobar licencias para la exportación de tierras raras, lo que ha provocado una escasez que amenaza con paralizar parte de la industria estadounidense.
China, a su vez, acusó a Estados Unidos esta semana de "violar gravemente" la tregua comercial que ambas potencias económicas acordaron en Suiza al emitir nuevas advertencias sobre el uso global de chips Huawei, detener las ventas de software de diseño de chips a empresas chinas y cancelar visas para estudiantes chinos.
Trump y sus funcionarios han insistido en la necesidad de una conversación entre el presidente estadounidense y su homólogo chino para resolver la última disputa comercial, pero Beijing no ha dado indicios de haber accedido a una llamada entre ambos líderes.
Acusaciones cruzadas
El martes, el ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, instó a Washington a "crear las condiciones necesarias para que las relaciones entre China y Estados Unidos retomen el rumbo correcto", acusando a Washington de haber adoptado recientemente "una serie de medidas negativas infundadas, socavando los derechos e intereses legítimos de China".
En declaraciones a David Perdue, embajador de Estados Unidos en China, argumentó que Beijing había "implementado con seriedad y rigor el consenso alcanzado por ambas partes" en Ginebra.
Tras las conversaciones de Ginebra, ambos países redujeron drásticamente los aranceles sobre sus productos durante al menos los próximos 90 días. Los gravámenes adicionales que Estados Unidos impuso a China este año se redujeron al 30% y los de China al 10%.
Como parte del acuerdo, China también acordó suspender o cancelar las medidas no arancelarias contra Estados Unidos, pero no proporcionó detalles.
Los funcionarios estadounidenses creían que Beijing levantaría las restricciones a la exportación de tierras raras que anunció a principios de abril, y su frustración por la lentitud de las aprobaciones aumentó. China ha dejado claro que sus funcionarios no creían que el acuerdo abarcara los controles globales a la exportación de tierras raras.
El país controla casi todo el procesamiento mundial de tierras raras y domina la producción de imanes permanentes fabricados con ellas. La industria de Estados Unidos, India y Europa ha comenzado a solicitar con urgencia envíos más rápidos.
Cui Fan, asesor comercial del gobierno y profesor de economía en Berijing, señaló que Washington había mantenido durante mucho tiempo que sus controles a las exportaciones de China, utilizados para contener la industria nacional de semiconductores, estaban relacionados con la seguridad nacional y, por lo tanto, no eran negociables en las conversaciones.
"El sistema de control de las exportaciones de China está, en gran medida, inspirado en el sistema estadounidense", declaró el lunes en redes sociales. “En futuras negociaciones, el statu quo actual, en el que los controles de las exportaciones estadounidenses se consideran no negociables y fuera de toda supervisión, no debería continuar”.