La población en Grecia está profundamente indignada con los duros planes de austeridad impuestos para un rescate. Pero aparentemente, el temor a las consecuencias que tendría su salida de la unión monetaria, está pesando más sobre los electores.
A medida que se acaba el plazo para las nuevas elecciones del 17 de junio, los partidos tradicionales que defienden el plan de rescate están recuperando el apoyo. Seis sondeos publicados el sábado dieron a Nueva Democracia, el partido de centro derecha, una pequeña ventaja sobre Syriza, el grupo radical que impulsa la salida de la economía helena del bloque. Y más aún, otros tres sondeos que se difundieron ayer no sólo confirmaron la ventaja a Nueva Democracia, sino que además sugieren que el partido podría contar ahora con suficientes asientos en el congreso como para conformar un gobierno de coalición, algo que no había logrado en las elecciones del 6 de mayo.
El líder de Nueva Democracia, Andonis Samaras, llamó a su partido a crear un frente patriótico para mantener a Grecia en la eurozona. El dirigente señaló que el regreso a la dracma reduciría el valor de los ingresos, ahorros y propiedades de los griegos a menos de la mitad, los precios aumentarían 25% como mínimo y la deuda como porcentaje del PIB se duplicaría. “Ninguna sociedad, economía ni democracia puede tolerar un colapso repentino en tan poco tiempo”, advirtió.
El partido de centro izquierda PASOK, que aparece tercero en las encuestas, también respalda la continuidad del bloque y podría formar un gobierno de unidad nacional con el grupo de Samaras. Los electores en Grecia deben decidir entre apoyar el plan de ayuda o un camino “a ciegas y catastrófico” que implica poner fin al acuerdo, dijo ayer Evangelos Venizelos, ex ministro de Finanzas griego y actual líder del PASOK.
El economista chipriota y miembro del comité del Banco Central Europeo, Panicos Demetriades, dijo ayer que se siente optimista de que Grecia no abandonará la unión monetaria, a medida que las políticas pro crecimiento de Europa comienzan a tener efecto.
Costos “inmanejables”
El aparente giro en la opinión pública se produce a días de las elecciones que han sido planteadas como un referendum para decidir la permanencia de Grecia en el euro, y en medio de pronósticos cada vez más sombríos sobre las consecuencias que tendría para el país y para la economía global un quiebre del bloque monetario.
El director del Institute of International Finance y que representa a los acreedores privados en el canje de la deuda griega, Charles Dallara, advirtió que el costo de que Atenas abandone el euro sería inmanejable y superaría el billón (millón de millones) de euros. “Aquellos que creen que Europa y la economía global están realmente preparados para una salida de Grecia deberían volver a pensarlo”, advirtió. “El Banco Central Europeo quebraría. Europa tendría primero y más que nada recapitalizar sus bancos centrales”.