Los fabricantes de vehículos japoneses calientan motores
para un 2009 que se aventura duro, aunque lejos de los problemas económicos que
han puesto en riesgo la supervivencia de la industria de automoción de Estados
Unidos.
Las grandes empresas niponas, como Toyota, Nissan y Honda,
han sufrido especialmente en 2008 los efectos de la revalorización del yen en
más de un 20% frente al dólar y de la ralentización del consumo a causa de la
recesión global.
El valor bursátil de los fabricantes japoneses se ha dado un
fuerte batacazo en 2008, con una caída media cercana al 64 %, debido también a
la huida en masa de los accionistas extranjeros con activos de empresas niponas
del motor, a causa del empeoramiento generalizado del clima inversionista.
En el caso de Toyota, perdió nada menos que el 54 % de su
valor bursátil, hasta acabar el año en 10,01 billones de yenes (US$ 109.825
millones), pero aún peor le fue a Nissan, que se dejó un 74 % de su cotización
en el índice Nikkei de Tokio.
Para 2009, los fabricantes nipones ya han previsto una
fuerte caída de sus beneficios, que en el caso de Toyota llegará a significar
sus primeras pérdidas operativas -relativas a la actividad ordinaria- en 70
años.
El anuncio de Toyota, referido al año fiscal 2008 que
concluirá el próximo marzo, provocó a finales de diciembre un terremoto en
Japón y confirmó que, aunque lejos de vivir una crisis como la de EEUU, la industria del
motor nipona es vulnerable a la crisis.
Toyota, primera empresa de Japón, calcula que en el actual
año fiscal tendrá pérdidas por operaciones de 150.000 millones de yenes (US$ 1.645
millones), las primeras desde que en 1940 comenzó a publicar sus resultados
financieros.
El resto de los grandes fabricantes nipones ya han rebajado
sustancialmente sus cálculos de beneficios, ventas y producción.
Nissan redujo a finales de octubre un 53 % su cálculo de
beneficio neto para el ejercicio que finaliza en marzo hasta US$ 1.755 millones
y en casi US$ 10.000 millones sus previsiones de ventas, además de recortar en
varias ocasiones sus pronósticos de producción durante el año.
La industria japonesa del motor, que emplea al 8 % de la
fuerza laboral del país, ha visto en 2008 cómo caían sus ventas, por quinto año
consecutivo, en más de tres millones de unidades, según estimaciones del diario
económico Nikkei.
El dato oficial no será divulgado hasta el próximo lunes,
aunque se prevé que en diciembre la caída de las ventas será de un 30 % y que
en todo el año se habrá recortado en un 7 % o 3,2 millones de unidades.
En todo caso, los problemas de la industria nipona del motor
no pueden equipararse a los que viven los "Tres Grandes" de Detroit
(GM, Ford y Chrysler), que exigieron al Gobierno estadounidense un rescate
multimillonario para garantizar su supervivencia.
Además de ser menos vulnerables, los gigantes japoneses han
aprovechado su experiencia en vehículos más eficientes y su tirón en mercados
emergentes como Brasil, la India o China, ante el parón de la demanda en los
países industrializados, especialmente en EEUU.
Esos tres países suman una población de 2.700 millones de
personas, el triple que Japón, la Unión Europea y Estados Unidos juntos, y muchas
compañías japonesas lo ven como una oportunidad para seguir creciendo.
Honda Motor, por ejemplo, copa el 70 % del mercado de motos
de Brasil, y sus responsables creen que todavía hay espacio para crecer y
mantiene inalteradas sus previsiones de ventas en 2009 para ese país latinoamericano.