El dato de la aceleración del crecimiento de la economía
japonesa, hasta el 3,3%, no servió para prolongar los ánimos de compra
entre los inversores de la Bolsa de Tokio. El índice Nikkei cerró con un
descenso del 0,23%, en 14.219 puntos, presionado por los efectos de la
revalorización del yen entre las empresas exportadoras, y a pesar de los
bancos, con Mizuho Financial a la cabeza.
Al contrario de lo que sucedió en la Bolsa de Tokio, en el
resto de la renta variable asiática imperó un moderado tono alcista. En Hong
Kong, China y Singapur llegaron a rozarse el punto porcentual de avance. En
Seúl y Taiwan los avances fueron mucho más modestos, de apenas un 0,3%.
En Tokio, las subidas se esfumaron en la recta final. El
índice Nikkei concluyó con un 0,23% de repliegue, para cerrar en 14.219,48
puntos, rompiendo una racha de cuatro jornadas consecutivas de ganancias.
La referencia estrella de la jornada en el ámbito
macroeconómico era el dato del PIB de Japón. El ritmo de crecimiento, a pesar
del entorno de crisis, se aceleró hasta el 3,3%, muy por encima de las
previsiones barajadas por los analistas.
El optimismo por esta fortaleza en el crecimiento tuvo un
efecto contraproducedente al menos entre las empresas exportadoras.El yen retomó
y reforzó su senda alcista frente al dólar. De paso, invitó a una corrección
entre las compañías más orientadas a la exportación. Casio, NEC, Sony y Konica
Minolta perdieron cerca de un 2% en sus cotizaciones, mientras que Toyota,
Canon y Suzuki también cerraron en números rojos.
En el extremo opuesto destacaron los bancos. El segundo
mayor banco del país, Mizuho Financial, a la postre el más alcanzado por las
pérdidas provocadas por la crisis crediticia, se encargó de avivar la confianza
en el sector con su mejora de previsiones y con un programa de recompra de
acciones propias. Las acciones de Mizuho Financial se apreciaron un 3%.