Los inversionistas solían ignorar las elecciones y otros riesgos políticos. Pero ahora no pueden dejar de hablar y de preocuparse por ellos. "La incertidumbre política para mí es el mayor desafío para los mercados financieros, " señaló Ousmène Mandeng de New Sparta Asset Management, quien antes trabajó para el Fondo Monetario Internacional.
Brexit, Trump, el juicio político en Brasil, el cambio de gabinete ministerial en Arabia Saudita, la repetición de las elecciones en España, los triunfos de la extrema derecha en Austria, la crisis migratoria en Europa. Este año está repleto de incertidumbre política para los mercados.
No debería tener importancia, ¿o sí? Definitivamente, no para las consideraciones de política monetaria que hacen los bancos centrales, que se enorgullecen de mantener su independencia. De todos modos, ¿qué hay de nuevo en el riesgo político? ¿No estuvimos incontables veces en esta misma situación? Lo novedoso es el cambio que se está produciendo en la dirección de la política hacia lo que Mandeng llama una "desglobalización del mundo".
Los anteriores episodios de cambio político, como la caída de regímenes autoritarios en Latinoamérica en los ochenta y noventa, y en Asia oriental después de la crisis asiática de 1997, y el derrumbe del muro de Berlín formaron parte del creciente consenso hacia la globalización.
Pero, como asegura Mandeng, "la globalización podría ahora haberse detenido y, con eso, la tendencia política que la apoyaba" en Europa y EEUU, donde el tono político se volvió "cada vez más antiglobalización".
Empeora las cosas el hecho de que los inversionistas se están mostrando sensibles al riesgo de cualquier tipo debido al pobre escenario económico global.
La "crisis" de la deuda griega del año pasado no fue ninguna crisis para los mercados porque los inversionistas apoyaron un dólar sólido y la perspectiva de divergencia de las políticas. El actual telón de fondo es totalmente más complicado. La agitación de los mercados en enero, provocada por el derrumbe del precio del crudo y los temores por la economía de China, intensificó el nerviosismo sobre el crecimiento global.
"Parece que actualmente los acontecimientos son potencialmente mayores, las implicancias potencialmente superiores y el escenario de crecimiento global menos flexible," explicó Matthew Cobon, gerente de carteras en Columbia Threadneedle.
El riesgo político tiende a ser importante para los inversionistas de mercados emergentes. La crisis política de Brasil provocó violentos movimientos del real. Otras monedas de mercados emergentes, como el rand de Sudáfrica y la lira de Turquía, también fluctuaron ante los vientos políticos dominantes.
Pero hasta en los mercados desarrollados, el riesgo político está escalando posiciones en la agenda. Miembros de la Reserva Federal de Estados Unidos comenzaron a decir que para definir sus políticas quizás deban tener en cuenta el debate en el Reino Unido sobre su permanencia en la UE. Los temores a un Brexit ya dejaron su marca en la libra esterlina.
"Todos estos riesgos geopolíticos son importantes para los activos", aseguró Stephen Jen, administrador de hedge funds en SLJ Macro Partners. En el largo plazo, todo este riesgo político puede alterar la manera en que se comportan los mercados. "La psicología del mercado estaba muy vinculada al vaso medio lleno pero tengo la sospecha de que quizás gire más en torno al vaso medio vacío", dijo Cobon.
Los bancos centrales están haciendo su mayor esfuerzo por calmar los nervios del mercado en cuanto al riesgo político con estrategias más sencillas, agregó, pero últimamente las "realidades geopolíticas ganarán en este conflicto".
Por el momento, todo lo que pueden hacer los inversionistas es permanecer inmóviles. "Los inversionistas necesitarán tiempo para hacer los ajustes", aseguró Mandeng. "Eso puede demorar la inversión y retirar el soporte para los precios de los activos que dependen de la globalización. Beneficia a los bonos soberanos de economías avanzadas. De ahí el interés político por mantener el actual rumbo".