El mayor optimismo sobre el curso de las negociaciones entre Grecia y sus acreedores se traduce en una revalorización que llegó al 5,6% en la Bolsa de Atenas y en su remontada se acercó a los 900 puntos, hasta los 893.
El nuevo Gobierno de Grecia se había negado a dialogar más con la troika. Era una condición irrenunciable, pero las cosas cambian. Hoy mismo se sentará a la mesa con ella, aunque ahora la llamará «Las Instituciones».
La entente formada por la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE) se reunirá a partir de hoy con el Gobierno griego para buscar "terreno común" de cara a la reunión del Eurogrupo (ministros de Finanzas de la zona euro). Éste fue el acuerdo al que llegaron ayer Jeroen Dijsselbloem, presidente del Eurogrupo y Alexis Tsipras, primer ministro griego, después de que la reunión de ministros de Finanzas del euro del miércoles acabará en fiasco.
Una cuestión sobre la mesa: si Grecia debe o no pedir una extensión de su programa actual, que expira el 28 de febrero. El gobierno griego de Syriza, la coalición de izquierda radical que ganó las elecciones del 25 de enero, quiere un programa puente que le permita hacer frente a los pagos que tiene por delante. Pero no quiere las condiciones que le exigen sus socios. El Eurogrupo, en cambio, exige el cumplimieno de lo ya acordado y no dará ninguna ayuda extra si no es a cambio de ajustes y reformas.
En la reunión del miércoles, los ministros de Finanzas ni tan siquiera consensuaron un comunicado de mínimos. Atenas o vetó en el último momento. Fue un desastre político. Por eso mismo, ayer por la mañana, ambos líderes trataron de reconducir la situación.