Los mercados
europeos sufrieron una violenta caída afectados por el fuerte retroceso que
experimentaron las acciones bancarias y la igualmente negativa evolución que
mostraba Wall Street.
En ese
contexto, el FTSE de Londres cayó 4,97%, mientras que el Ibex de Madrid anotó
un retroceso de 4,03%. En Francfort las pérdidas ascendieron a 4,63% mientras
que en París la bolsa sufrió una debacle
de 4,56%.
Las presuntas necesidades
de capital de HSBC, el mayor banco de Europa, y las pérdidas del Deutsche Bank, contaminaron a todo el sector, profundizando aún más la crisis en el sector financiero. El avance de las cuentas del último trimestre del año
de este último presentan unas pérdidas multimillonarias, de 4.800 millones de euros (unos US$
6.480 millones).
Como sucediera con otros bancos, los números rojos se
dispararon en la recta final de 2008
a causa de las pérdidas registradas con las inversiones
en los mercados de renta variable, incluyendo derivados, y deuda. Las
"excepcionales condiciones de los mercados" provocaron también un
aumento en las provisiones.
En el caso del HSBC, los analistas Morgan Stanley estiman que presenta unas carencias de capital de
unos US$ 30.000 millones.