La votación celebrada en la última reunión del Banco de
Inglaterra incluyó apoyos a todas las opciones posibles sobre los tipos de
interés. De los nueve consejeros, siete optaron por mantenerlos sin cambio, en
el 5%, uno votó a favor de una subida, y otro abogó por un recorte. El mercado
de divisas reacciona con avances en la libra.
Las quinielas previas a la publicación de las actas de la
última reunión del Banco de Inglaterra apostaban por un 8-1 en la votación, con
un solo voto discrepante, el de David Blanchflower, proclive a una bajada con
el fin de evitar la entrada en recesión de la economía británica.
El resultado final de la votación, celebrada el pasado 10 de
julio, incluyó otro voto discrepante, y en una tendencia, además, distinta a
las anteriores. Timothy Besley propuso subir los tipos, desde el 5% vigente. En
opinión del consejero, esta medida sería la más conveniente para combatir las
crecientes tensiones inflacionistas que alcanzan también de lleno a la economía
británica.
Las discrepancias en el seno del Banco de Inglaterra son
evidentes. Desde el mes de mayo del año 2006 sus consejeros no se habían
dividido entre las tres opciones posibles.
El mercado barajaba que, en el caso de producirse cambios en
los tipos de interés, éstos serían para retomar la senda de las tres bajadas
adoptadas entre los meses de diciembre y abril. El voto de Timothy Besley a
favor de una subida devuelve ahora la atención sobre el temor que generan las
tensiones inflacionistas.
La reacción de los operadores del mercado de divisas es un
significativo repunte en la cotización de la libra esterlina, rozando de nuevo
la referencia de los 2 dólares.