Columnistas

El populismo en retirada

Hernán Salinas Profesor de Derecho Internacional, Facultad de Derecho Pontificia Universidad Católica de Chile

Por: | Publicado: Lunes 21 de diciembre de 2015 a las 04:00 hrs.
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El triunfo de la oposición en las elecciones legislativas de Venezuela, la elección de Mauricio Macri como Presidente de Argentina y el debilitamiento progresivo del gobierno de Dilma Rousseff marcan una tendencia en América Latina contraria al populismo.

Particular relevancia tiene el aplastante triunfo de la Mesa de Unidad Democrática de Venezuela, la cual ha obtenido una mayoría de 120 diputados, lo que le permite la aprobación de un conjunto de medidas en orden a restablecer el estado de derecho, las libertades y la vigencia de los derechos humanos en dicho país, partiendo por una amnistía a los presos políticos detenidos y condenados arbitrariamente.

Sin embargo, la actitud que ha mostrado el Presidente Maduro frente al triunfo opositor augura un muy posible conflicto de poderes provocado por el intento de dicha autoridad en orden a impedir un proceso de recuperación democrática y aferrarse al poder, que puede llevar a que la mayoría opositora en el Congreso deba iniciar un proceso revocatorio, de conformidad con la Constitución venezolana, en orden a terminar con el Gobierno de Maduro.

En este contexto, la actitud vigilante de los gobiernos democráticos de la región es muy importante en orden a impedir cualquier intento del gobierno de Maduro de evitar la vuelta de Venezuela a la comunidad de las democracias de la región, como asimismo su voluntad de activar de ser necesario los mecanismos que provee la Carta Democrática Interamericana de la OEA, como instrumento de defensa del orden democrático en las Américas.

A la fecha, la OEA ha sido incapaz de impedir el grave deterioro de la democracia y de los derechos humanos que el gobierno de Maduro ha llevado a Venezuela, sin perjuicio del descalabro económico por éste provocado. La indiferencia y complicidad que la región ha manifestado frente a la grave situación de dicho país y la falta de voluntad de activar los mecanismos que la comunidad de Estados americanos ha adoptado para defender la democracia y la vigencia de los derechos humanos en el continente debe terminar.

En este sentido, auspicioso resulta la elección de Mauricio Macri en Argentina el cual ha demostrado su voluntad de impulsar respecto de Venezuela la activación de la Carta Democrática Interamericana de la OEA, demostrando un liderazgo en la defensa de la democracia y los derechos humanos en la región, en contradicción con la actitud de defensa y apoyo del gobierno de Maduro por parte de la ex Presidenta Cristina Fernández.

En conclusión, vientos de cambio se asoman por la región, en particular, el socialismo bolivariano fruto de su incompetencia, demagogia y falta de respeto por los valores de la democracia, la libertad y los derechos humanos va en retirada.

Frente a este proceso que pareciera irreversible, los gobiernos democráticos de América y los demócratas en general, deben permanecer vigilantes y dispuestos a mostrar una efectiva solidaridad y decisión en orden a impedir cualquier intento de impedir el camino de Venezuela a su plena integración a la comunidad de las democracias.

La valiente lucha de la oposición venezolana, encarnada en líderes como Leopoldo López, así lo merece.

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