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Hernán Cheyre: “Hay muros de desconfianza entre la academia y la empresa que hay que derribar”

Afirma que los investigadores en Chile son evaluados por los “papers” que publican y que no tienen ningún incentivo para transformarlos en nuevas tecnologías.

Por: Alejandra Rivera | Publicado: Lunes 2 de septiembre de 2019 a las 04:00 hrs.
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Foto: Rodolfo Jara
Foto: Rodolfo Jara

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El director ejecutivo del Centro de Investigación de Empresa y Sociedad, CIES, Hernán Cheyre, señala que uno de los principales problemas para transferir conocimiento al mercado es la desconfianza entre los investigadores y el mundo empresarial, situación que explica por la falta de comunicación y de instancias en las que puedan trabajar en conjunto.

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“Hay muros de desconfianza que hay que derribar. Lo fundamental es colocar ´traductores´, generar instancias en las que se entienda mejor lo que cada parte necesita”, dice.

También advierte que esto va mucho más allá de los recursos.“No todo es un problema de recursos, el tema es cómo usar mejor lo que hay. Sobre todo ahora que hay recursos limitados en el sector público por las razones sabidas, veamos cómo incorporamos al mundo privado y generamos las instancias para que se conecte con el académico”, señala Cheyre.

-Chile gasta poco en I+D y tiene pocas patentes por millón de habitantes para el estándar OCDE, ¿a qué atribuye estas cifras?

-El 0,36% es una cifra baja y se gasta poco porque faltan recursos, en parte públicos, pero también hay poco gasto privado. En la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) la proporción del gasto privado es 2/3 y 1/3 el Estado y en Chile es al revés. Al sector privado le ha faltado la motivación.

-¿Qué tipo de motivación?

-El principal motivador para que las empresas realicen innovaciones es la existencia de competencia en los mercados, una vez que vislumbran que la única forma de desarrollarse con éxito en un mundo globalizado es innovando, lo van a hacer. Si se miran las industrias donde hay competencia, son bastante innovadoras, y aquellas en las cuales hay menos competencia, hay menos innovación. Innovar es fundamental para mejorar la competitividad y productividad del país. Además, se requiere capital humano avanzado en el ámbito productivo, porque lo que existe no es suficiente.

-¿Ha fracasado la política de incorporación de doctores en las empresas?

-Más que decir que ha fracasado, es mejor decir que no ha sido suficiente. No hay una valoración importante, que en parte puede ser cultural, de la inserción de investigadores en el mundo productivo, y la tendencia es que tienen que estar en el laboratorio o escribiendo papers, no ha habido una buena forma de recibir y darle cabida a todos esos investigadores. Hay compartimentos estancos que no conversan entre sí y es erróneo.

-Desde que usted lideró Corfo, ¿ha avanzado la relación academia-empresa?

-Ha avanzado. En la administración anterior a la mía se creó el programa de centros de excelencia para vincular a las empresas con la investigación y lo seguimos y lo potenciamos. Y se están haciendo cosas interesantes, ese es el camino que hay que seguir. También se modernizó la Ley de Incentivo Tributario a la I+D y ahora se permite descontar como gasto la innovación que se realiza dentro de las empresas y su uso ha aumentado. Y hoy se debe avanzar en una Ley I+D 3.0.

-¿Hay espacio para que la inversión en I+D llegue al 1% en los próximos años?

-Lo veo muy difícil, el principal avance puede venir del mundo privado y va a avanzar mucho más lento por un tema objetivo de restricción de recursos.

-¿Qué aspectos debería resolver la futura ley de transferencia tecnológica?

- Un país que quiere avanzar fuerte en I+D, que está atrasado como Chile, requiere de una ley de transferencia tecnológica que siente las bases claras respecto de todos los temas de propiedad industrial, en el uso de fondos públicos dejar claro cuándo hay beneficio privado y cuándo público, qué le corresponde pagar a los privados si van a apropiarse de los beneficios y cuando no corresponde pagar si entregan el producto para uso general.

También es importante mejorar el incentivo para los investigadores y para las universidades. En Chile se hace poca pero buena ciencia, y a los investigadores los evalúan por los papers que publican, pero no hay ningún incentivo a que esos papers se transformen en una nueva tecnología. El próximo paso que tiene que dar el ministerio es avanzar en un proyecto de ley en este sentido.

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