DF Constitucional

Kenneth Bunker: “En el primer proceso se pecó en hacer una Constitución por amateurs que no entendían el código político”

Además, el cientista político señala que este nuevo intento “vuelve a poner a los moderados un poco más al centro del poder”

Por: Claudia Rivas A. | Publicado: Viernes 10 de febrero de 2023 a las 07:50 hrs.
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El cientista político Kenneth Bunker, fundador  y director ejecutivo de Tresquintos –sitio de análisis político e información electoral-, sigue el proceso constituyente desde Italia, donde reside y está convencido que este segundo intento cumple con los requisitos para llegar a buen puerto.

Defiende la presencia de políticos experimentados en los distintos órganos y como candidatos al Consejo Constitucional; y coincide con lo planteado por el extimonel de la CPC, Juan Sutil, candidato en la lista de Renovación Nacional (RN), en cuanto a que de este proceso saldrá una Constitución “más criteriosa y responsable”. Además, advierte que “si se busca una Constitución que asegure calidad hay que mirar las cosas positivas que tenemos en la actual y no evadirlas”.

-¿Qué le parece como quedó configurado el proceso constituyente con los tres órganos?

-Es la antítesis de lo que pasó en el primer proceso constituyente, que fue muy permisivo, muy abierto, muy orientado a la fragmentación, a los independientes, a las ideas nuevas y a las barreras bajas. En este nuevo proceso las barreras son más altas, sin independientes, si no con los partidos políticos de siempre. Más encima, al tener estos tres órganos es un proceso tutelado, es casi un proceso constituyente con chaperón, está muy vigilado para que salga bien, para que el resultado sea mucho más representativo de la clase media, que es básicamente la que votó en contra de la primera propuesta.

-Hay sectores que justamente se han quejado o expresado su preocupación respecto de que este sea un proceso muy tutelado, ¿eso influye de alguna manera en la representatividad?

-Creo que no. Yo diría que esas personas son las que aspiraban a que saliera la primera propuesta, que se votó en contra con 62%, fue un rechazo gigante. Esto es todo lo contrario y, finalmente, las personas van a tener que decidir si les gusta o no. Yo, al menos, veo que la forma como esto se está configurando va a hacer mucho más fácil a las personas votarlo a favor que en contra.

-Entonces, ¿esta figura le da más viabilidad al proceso?

-Claro, le da más viabilidad, porque le da más representación al proceso, porque las personas en Chile no son tan extremas como los partidos políticos. Veo una política que está muy dependiente a la bipolaridad, los polos tienen una voz mucho más fuerte que el centro. Y creo que este proceso corrige eso un poco y vuelve a poner a los moderados un poco más al centro del poder. En el primer proceso los incentivos estaban puestos para que los polos de la discusión fueran más lejos del centro; la extrema derecha y la extrema izquierda estaban manejando los debates.

-¿De qué manera o cuánto va a estar sujeto el Consejo Constitucional a lo que haga la Comisión Experta?

-Ellos (la Comisión Experta) van a redactar el anteproyecto, así es que van tener mucho poder. Pero estas personas reciben su legitimidad desde el Congreso y el Congreso la recibió de la gente. Si bien es un cuoteo político responde a la distribución de los intereses de las personas que ya está predeterminada y las personas que están ahí no solo son expertas, también participan cotidianamente en política y, por lo tanto, entienden que lo más importante es llegar a acuerdos, negociar. Lo que hagan ellos va a ser la base fundamental y el Consejo Constitucional, de los 50, va a tener mucho menos poder del que tuvieron los 155 del primer proceso. Estas personas van a poder darle un espíritu a lo que escriba la Comisión Experta, que no me parece algo negativo per se. Va a ser fácil criticarlo y habrá muchos que estén en contra del proceso y, por cierto, del resultado, pero no necesariamente va a resultar algo de mala calidad.

Ideas en la línea del votante del plebiscito de salida

-¿Cuánto podrían influir los candidatos experimentados en política que salgan electos en el proceso, como Andrés Zaldívar, Carmen Frei o Mario Ríos, por ejemplo?

-Van a tener una voz desde la experiencia, que es lo que se necesita. Si en el primer proceso eran independientes, que no tenían experiencia política, esto lo balancea. Cuando uno mira toda la foto, todos los candidatos, hay varios que son conocidos, pero la mayoría son personas desconocidas y eso llama la atención también. De hecho, los partidos políticos podrían haber nominado muchas más personas conocidas, siendo que los candidatos son menos; pero no lo hicieron. Y creo que eso responde a que los partidos prefirieron a muchos militantes, lo que favorece la idea de que ellos hablan un código político que justamente va a servir para negociar, lo que va a terminar siendo una dinámica mucho más similar a la del Congreso que algo disfuncional, como vimos en la Convención. Obviamente si entran personas más conocidas como los que mencionaste, también Sergio Bitar, van a agregar experiencia y van a ser importantes, aunque son vulnerables a la crítica.

-En ese contexto, ¿cuáles son sus expectativas respecto del proceso en general, con menos personas y tiempos mucho más acotados?

-Diría que va a ser un proceso mucho más profesional, más aburrido o fome. Ahora entran las corbatas, las personas que hacen esto de forma profesional, va a ser un proceso más responsable. Creo que todos están pensando que esto no puede fracasar, por lo tanto, las ideas que vayan saliendo irán mucho más en línea con lo que uno podría esperar que fuera el votante del plebiscito de salida. Va a ser un proceso más orientado a un buen resultado. Será un proceso más predecible, porque todos saben, a partir de las lecciones que sacan del primer proceso, qué es lo que hay y lo que no hay que hacer. Entonces, mucho de lo que vamos a ver va a estar pauteado por los errores del primer proceso.

-Y, a su juicio, ¿qué es lo que no hay que hacer?

-No hay que llegar con ideas extremas o radicales, no hay que reinventar Chile. Hay que entender que el gran problema de la actual Constitución es el de la legitimidad de origen, que no todos los artículos son malos, porque no toda fue escrita en dictadura y el 40% o más fue reformada en democracia. O sea, hay que entender que hay cosas que hay que mantener y no hay que tener miedo a eso. Si se busca una constitución que asegure calidad hay que mirar las cosas positivas que tenemos en la actual y no evadirlas. También ser responsables en las cosas que se plantean y respetar los emblemas, las tradiciones, todo lo que viene atado a la historia de Chile, no hay que reinventar el país, sino hacer una nueva Constitución que funcione, le guste a la gente, dar vuelta la página y seguir adelante.

-En ese aspecto, ¿comparte las declaraciones del extimonel de la CPC Juan Sutil, quien aseveró que la constitución fruto de este proceso será “más criterioso y responsable”?

-Estoy absolutamente de acuerdo. No veo de dónde podrían salir todas las ideas que salieron en el primer proceso. En el primer proceso se pecó en hacer una constitución por amateurs que no entendían el código político, el lenguaje, el vocabulario; llegaron con ideas que no eran naturales de la política y que eran muy controversiales. Eso va a ser despojado por lo que viene ahora y estarán obligados a plantear cosas razonables. Más encima, al tener a los expertos, nominados por el Senado y la Cámara, que entienden mejor donde están los límites de lo que se puede y no se puede hacer, la cancha ya está marcada. Entonces, todo se está alineando para que sea un proceso responsable, para que no exista eso de rayar fuera de la línea, como ocurrió en el primer proceso.

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