Innovación y Startups

DF Lab Opinión/ Lo que aprendimos y lo que aún nos falta

"Debemos ampliar el acceso a capital inteligente local, generar políticas públicas que favorezcan a las scaleups, repensar la categorización que se les da para que no solo existan "grandes empresas", startups y pymes o mipymes, sino también hagamos un espacio para las bien llamadas empresas de alto impacto o scaleups".

Por: Por José Manuel Correa, Director Ejecutivo Endeavor Chile | Publicado: Lunes 21 de marzo de 2022 a las 09:44 hrs.
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Que el emprendimiento ha adquirido relevancia a nivel nacional no es novedad, pero si lo es que haya tantos ojos extranjeros mirando nuestro ecosistema a la medida que salen y salen emprendedores con empresas extraordinarias. Porque hasta hace pocos años se trataba del esfuerzo de unos pocos, y conceptos que hoy son conocimiento de muchos, eran aún un lujo de apenas un puñado.

Por lo mismo y ahora que somos muchos más los que vemos al emprendimiento como una poderosa herramienta de movilidad social, generadora de empleos de calidad y desarrollo económico. Debemos revisar las políticas que fomentan o no el desarrollo de nuestro ecosistema, hace algunos meses, en medio del contexto de elecciones presidenciales, valoramos la incorporación del emprendimiento en todos los programas de gobierno, así como el interés de reunirse con variados actores, es importante visibilizar las necesidades y dolores del emprendedor, para generar políticas públicas eficientes y con impacto.

El emprendimiento requiere un ecosistema robusto y colaborativo con una mirada integrada por el mundo público, privado, la academia, fondos de inversión y el Gobierno. Y aún tenemos importantes deudas partiendo por la creación, apoyo y movilización de emprendimientos liderados por mujeres; junto a ello en la generación de data, mentorías, apoyo estratégico, espacios de networking e inspiración. Debemos ampliar el acceso a capital inteligente local, generar políticas públicas que favorezcan a las scaleups, repensar la categorización que se les da para que no solo existan "grandes empresas", startups y pymes o mipymes, sino también hagamos un espacio para las bien llamadas empresas de alto impacto o scaleups. Identificar a las scaleups para que paguen impuestos adecuados para su tamaño y reciban beneficios estatales específicos, como apoyo a la exportación, incentivo tributario por I+D, tarjetas de crédito a tasas preferenciales, ayuda financiera, es un paso que debemos dar. Porque estas empresas escalables tienen un propósito mucho más grande que ganar plata y con sus altas tasas de crecimiento contagian a todas sus comunidades mejorando la calidad de vida de miles de chilenos.

Un Estado emprendedor genera incentivos concretos para promover el surgimiento y consolidación de emprendimientos, y es así como se produce la movilidad y el impacto social a gran escala. Impuestos proporcionales y exención de comisiones bancarias, incentivos tributarios no sujetos a tamaño, acceso a programas gubernamentales de asesoría o ayuda en materia financiera y alivio a distintas formas de burocracia, son formas concretas de derribar las barreras que hoy impiden a muchas empresas crecer.

Hay emprendedores pensando en soluciones a los problemas que ya están afectando a Chile y el mundo, y que sabemos se profundizarán los próximos años. El Estado no puede permanecer silencioso frente a tales desafíos, como la crisis hídrica y climática, y apoyar a esos emprendedores es una forma concreta de facilitar su desarrollo para que dichas soluciones eficientes generen más rápidamente un impacto social, económico y medioambiental.

Endeavor busca construir una estructura para catalizar el crecimiento de todos los emprendedores de alto impacto. Junto a nosotros hay decenas de organismos, gremios y entidades comprometidos. La pregunta es si el Estado se sumará a este desafío de convertir a Chile en un Estado Emprendedor, si apoyará de forma decidida el surgimiento de nuevos liderazgos que permitirán acortar brechas de género, descentralizar el trabajo, impulsar modelos de negocios que apunten al triple impacto, porque todos sabemos que el beneficio económico ya no es suficiente.

Un ecosistema robusto no favorece a los emprendedores ni a sus ideas innovadoras, favorece a un país completo y permite que comunidades completas mejoren de forma sustancial su calidad de vida. Invertir en los emprendedores es lo más rentable que puede hacer cualquier gobierno. Ojala estemos ad portas de ese gran momento.

 

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