Junto con agradecer la buena acogida de los candidatos presidenciales de la centroizquierda a la invitación de la Central Unitaria de Trabajadores para exponer en su sede las propuestas programáticas, la presidenta de la entidad, Barbara Figueroa, destacó que "en materia de planteamientos hay elementos de alta coincidencia", aunque admitió que "también hay énfasis particulares" de cada postulante a La Moneda que llegó a la sede de la CUT: Carolina Goic (DC), Beatriz Sánchez ( Frente Amplio), Alejandro Guillier (Fuerza de la Mayoría), Marco Enríquez-Ominami (PRO) y Alejandro Navarro (Pais).
Entre los "puntos de absoluta convergencia" que destacó Figueroa figuran "la necesidad del crecimiento, la productividad, los desafíos del mundo del trabajo vinculados fuertemente al debate sobre el trabajo decente, esto es, no sólo más y mejores remuneraciones, sino que también trabajo formal con seguridad social, el desafío por un nuevo sistema de pensiones" a los que aludieron todos los presidenciables que participaron en el encuentro.
La primera en exponer fue la representante de la DC, quien -al gual que todos los que la siguieron- inició recordando la importancia del 5 de octubre de 1988 para la democracia. En materia de trabajo Goic señaló que aún existen injusticias y que el desafío es mayor productividad, pero con "un trabajo decente". En este contexto, la política nacional de empleo que plantea -dijo- contempla desde la formación de los trabajadores para poder garantizar "más y mejores empleos".
Y destacó su compromiso con la negociación colectiva en el sector público, ya que -e implicitamente criticó a Sebastián Piñera- "me rebelo ante quienes tratan a los trabajadores del sector público como grasa, quienes constantemente acusan de pitutos y operadores a gente que trabaja, que tiene un compromiso con el servicio público". Junto con ello admitió que "no hay duda que nuestra reforma laboral quedó trunca", por lo que se comprometió a fomentar la sindicalización y negociación colectiva y a modificar el actual sistema de gratificaciones.
Goic también se refirió a la necesidad de generar mejores pensiones, avanzando ahora en el proyecto que está en el Congreso e irlo cambiando de "manera progresiva".
Guillier, en tanto, coincidió con Goic en que la reforma laboral que "impulsó nuestro gobierno (...) no logró consolidarse" pues el TC destruyó la titularidad sindical, por lo que "quedó al debe y, por lo tanto, una reforma trunca". También destacó que desde el punto de vista social "nuestro deber es crecer más", por lo que insistió en su postura de que se rquiere "un país que crezca con empleo decente y seguridad social", otra coincidencia de posturas con Goic que quedó en evidencia.
Tambien planteó la necesidad de fortalecer la relación entre empresarios y trabajadores, porque unos sin los otros -dijo- no pueden progresar. Y reiteró la necesidad de avanzar hacia un país descentralizado, marco en el que puso énfasis en que las ganancias generadas por las empresas deben tributar en los territorios y no donde se encuentran la casas matrices".
Por su parte, la abanderada del FA reiteró su postura de "no más AFP", creando un nuevo sistema de seguridad social", lo que sacó aplausos entre los asistentes, e instó a "dejar atrás todos los amarres de la dictadura, partiendo por el Codigo del Trabajo". También planteó modificar el sistema de Isapres, dejándolo como "un seguro secundario".
Marco Enríquez-Ominami adelantó que si es presidente, las Fuerzas Armadas no tendrán un sistema propio de pensiones y que "también vamos a ir por las Isapres".
Mientras que Navarro hizo énfasis en que "quiero ser Presidente de Chile para pagar la deuda histórica de los profesores" y que la negociación colectiva sea un "mecanismo de la redistribución del ingreso".