Economía y Política
Chile desarrollado en 2018: ricos viviendo mejor que en Noruega y pobres como en El Congo
La economista Andrea Repetto, de la Universidad Adolfo Ibáñez, tomó la distribución de ingresos que reveló la Casen 2009 y los proyectó con el PIB per cápita de Portugal.
Por: Equipo DF
Publicado: Martes 14 de diciembre de 2010 a las 05:00 hrs.
José Carlos Prado
La meta de convertir a Chile en un país desarrollado hacia 2018 tiene un claro punto de referencia: llegar al ingreso per cápita promedio que, actualmente, registra Portugal. En cifras del Fondo Monetario Internacional (FMI), cumplir con este objetivo significa transitar desde los US$ 14.316 hasta US$ 21.859 que ostenta la nación ibérica, considerada la menos desarrollada de este selecto grupo.
Sin embargo, la forma en que se distribuyen los ingresos a nivel local, redundaría en un modelo de desarrollo distinto al de dicho país, sobre todo si se mantiene la brecha que existe entre los más ricos y los más pobres.
Así lo revela una proyección que hizo la economista de la Universidad Adolfo Ibáñez, Andrea Repetto, quien tomó la distribución de ingresos que midió la Casen 2009 y los proyectó con el PIB per cápita de Portugal. Como resultado, los ricos vivirán mejor que en Noruega y los pobres como en El Congo. En ambos casos corregido por poder de paridad de compra.
Esto, por la distancia que existe entre los quintiles de la población. Mientras el más acomodado se queda con el 55,8% de los ingresos, el sector más deposeído se lleva el 3,6%. Llevado a 2018, serían US$ 60.986 versus US$ 3.934, respectivamente. Si nuestra distribución del ingreso permanece intacta y somos desarrollados en 2018 (como Portugal), así nos veríamos. La pregunta es si un país nos parece desarrollado cuando tiene estas disparidades de ingreso. Una cosa es mirar el promedio de todo, pero otra es ver cómo están distribuidos esos recursos, señala Repetto.
Esta situación no sólo marginaría a los más pobres, sino que también dejaría por debajo del promedio al segundo y tercer quintil. Según los números de la académica, el ingreso per cápita del quintil dos sería similar al PIB per cápita de Colombia; el del quintil tres estaría en niveles de Malasia. Ya en el cuarto quintil, se verían cifras similares al promedio de Portugal.
Si no hacemos nada por la distribución, vamos a ser un país desarrollado muy distintos a Portugal, a lo que los europeos entienden por desarrollo. De hecho, nos acercaríamos al modelo de Estados Unidos que ya tiene una mala distribución, pero la nuestra es peor que la de ellos.
La experta, eso sí, considera los ingresos autónomos de las familias y deja de lado los que tienen que ver directamente con ayudas del Estado, beneficios que reducen la diferencia entre ambos sectores. Cabe recordar que la intención del gobierno, en este sentido, se traduce en la entrega del Ingreso Ético Familiar de $ 250.000. Además, las metas del Ejecutivo también apuntan a terminar con la indigencia en 2014 y con la pobreza en 2018.
Más oportunidades
La proyección se sustenta en el escaso movimiento que ha tenido la distribución del ingreso en los distintos países, de hecho Repetto asegura que ésta no ha cambiado en casi ningún país durante las últimas décadas. Con este margen de acción, la experta sostiene que cambiarlo es muy difícil y explica que los mecanismos que tiene una economía para hacer esto en el largo plazo tienen que ver, de partida, con las diferencias en las oportunidades.
Si los niños pobres van a los peores colegios, lo más probable es que no tengan oportunidades laborales después y que sus hijos tampoco las tengan, advierte.
Repetto considera este punto como relevante para mejorar en distribución, no obstante recuerda que una encuesta que realizaron en la Comisión Meller reveló que el 55% de las personas había conseguido su empleo gracias a un familiar o un amigo.
Respecto de los riesgos que esto implica, la experta cita a los autores del MIT Acemoglu y Robinson, que están escribiendo el libro Why Nations Fail (Por qué las naciones fallan), donde aseguran que los países que tienen distribución muy desigual no se desarrollan. Pueden tener milagros económicos, crecer al 7%, pero eso no es estable en el largo plazo. Se requiere integración, auténtica democracia, que tengan las mismas oportunidades, detalla. En contraposición, agrega que si sólo un grupo puede participar y se sigue repartiendo las rentas entre sí mismo, una elite, y el resto va perdiendo recursos, oportunidades, las sociedades se segregan y se desintegran.