Macro

Aravena llama a mirar con “cuidado” últimas cifras por su nivel y signos preocupantes en escenario externo

“Si bien estaremos con un mayor crecimiento el cuarto trimestre, todavía es bajo”, sostiene el experto.

Por: Carlos Alonso M. | Publicado: Lunes 1 de diciembre de 2014 a las 05:00 hrs.
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Rodrigo Aravena asumió en junio la gerencia de Relaciones Institucionales y Políticas Públicas del Banco de Chile. Ahí su función apunta a la vocería corporativa en temas macro regulatorias, como también a coordinar las actividades de asuntos corporativos y relaciones con inversionistas. Adicionalmente, es el economista jefe de la entidad, por lo que desde esa posición ha seguido de cerca la evolución que ha tenido la actividad local, que sólo acumula una expansión de 1,8% este año.


Su perspectiva es que dicha cifra termine 2014 más probablemente en 1,7%, mientras que para el próximo ejercicio prevé un nivel más cercano a 3%, pero con riesgos a la baja.


- ¿Qué reflejan las últimas cifras sectoriales donde se ve un consumo cayendo 0,2% y una industria con una expansión de 1%?


- Las cifras que hemos visto confirman que la actividad está con un crecimiento bajo tendencia. Así, con los resultados de los sectores económicos es probable que este octubre se crezca 1,5% y ello impulsará a que el último trimestre la expansión sea algo inferior al 2% de crecimiento, es decir, pasaríamos de un registro de 0,8% entre julio-septiembre a uno de a lo menos un punto superior en el último cuatro del año. Toda la información que tenemos hasta el momento confirmaría que la economía chilena tuvo en el tercer trimestre el crecimiento más bajo de este año.


- ¿Es una señal de algún punto de inflexión?


- Es una recuperación que se debe mirar con bastante cuidado por varias razones. En primer lugar, porque si bien estaremos con un mayor crecimiento el cuarto trimestre, todavía es bajo, ya que hablamos de un recuperación que irá de 0,8% a 2%. Es esperable que la política fiscal tenga algún grado de influencia en este mejor resultado, ya que el gasto se acelerará más y, por sobre todas las cosas, pondría una nota de cautela debido a que el escenario externo, en el margen, ha dado señales de preocupación. Hemos tenido señales débiles de Japón, China y el resto de Latinoamérica. El gobierno alemán bajó su crecimiento para este y el próximo año, por lo que no es tan claro que el escenario externo esté ayudando como se pensaba hace unos meses. Es un mayor crecimiento, pero se debe mirar con cautela.


- Dicho eso, ¿cuáles son sus proyecciones para este y el próximo año?


- Para este año prevemos un expansión de 1,7%, mientras que para el próximo es esperable que esté en torno a 3%, pero con un sesgo a la baja. Esto, debido a que debemos tener en claro que el escenario externo no es tan positivo como se pensaba, más el resultado de las distintas encuestas de confianza, que si bien han tenido mejoras, siguen estando en terreno negativo. A ello se suma el comportamiento de la inversión, que seguirá siendo débil.


- ¿Bajará el próximo año?


- No esperamos caídas de la magnitud de este año. Es difícil pensar un ajuste similar, ya que la tasa de inversión ha bajado cerca de tres puntos, lo cual es un número relevante.


- Una de las variables estable pese a la desaceleración ha sido la tasa desempleo, que llegó a a 6,4% en en el trimestre agosto-octubre. ¿A qué responde?


- Primero, debemos decir que esperábamos que hacia fines de este año la tasa de desempleo fuera más alta y nos cuesta explicar por qué no ha subido. De todos modos, existen varias razones para pensar que subirá el próximo año, por lo que consideramos que esta apertura de holguras que está teniendo Chile, con un crecimiento potencial de 4% y uno PIB efectivo bajo 3%, está incubando presiones para que aumente el desempleo. Nuestro escenario base plantea que se ubicaría en niveles de 7,5%.


- ¿Este aumento de la cesantía impactará en el consumo?


- Hay que tener cuidado y mirar el mercado laboral de manera más amplia y enfocarse en la composición. Ahí las señales han sido bastante claras. El empleo asalariado se desacelera y, cuando se analiza la masa salarial en términos de crecimiento, son consistentes con el deterioro de las tasa de desempleo, por lo que se debiera esperar que para los próximos meses, el empleo sea un soporte menos fuerte para el consumo. Por ello, proyectamos que el consumo debiese crecer algo por arriba del 3%.


- ¿Las reformas y cambios que está impulsado este gobierno ha sido factor importante en la desaceleración más pronunciada de la economía?


- Que hay elementos de incertidumbre es un hecho. Y que la incertidumbre genera un impacto de, a lo menos, postergar decisiones de inversión y consumo, es evidente. Hay factores locales para explicar la desaceleración. Si vemos otros países con características similares e, incluso exportadores de commodities, la desaceleración ha sido menor a la registrada en Chile.


Política monetaria


- Dada la desaceleración y la mayor inflación, ¿qué debería hacer el Banco Central en los próximos meses?


- El Banco Central tendrá que esperar de todas maneras por un tiempo. Es difícil explicar un recorte de tasas hoy, cuando la inflación está por sobre la meta y cuando tenemos dudas de la persistencia de la inflación. Además, los recortes de la tasa ya han tenido impactos en algunos instrumentos de transmisión de la política monetaria: una caída muy fuerte de la tasa de largo plazo y una depreciación importante del tipo de cambio, entre otras.
Por eso, hay buenas razones para esperar a si la inflación sigue siendo persistente o no.


- Es decir, ¿el Banco Central debería mantener la tasa en 3%?


- El Banco Central debería mantener la TPM en 3% durante el primer semestre del próximo año. Con el escenario actual uno puede pensar, en al menos un semestre más con la TPM en 3%. Nadie en el mercado estaba esperando una inflación tan alta. No fue una sorpresa solo para el banco, sino que para todo el mercado.

 

"Es un presupuesto desafiante, pero realizable"

- El gobierno ha sido enfático en señalar que el Presupuesto 2015 -recién aprobado en el Congreso- será contracíclico para jugar un rol importante en la reactivación de la economía. ¿Coincide con esa apreciación?


- Cuando uno mira el estado de la economía chilena, tenemos una economía que a todas luces requiere de una política fiscal más expansiva para que pueda cumplir su rol contracíclico. Ahora, cuando miramos los contenidos del Presupuesto 2015, la política fiscal sí tiene un carácter más expansivo, porque aumenta el déficit efectivo, el estructural y porque el gasto crece a una tasa bastante elevada, de casi 10%.
Ahora, por la composición del gasto fiscal, el cual crece casi 30% en inversión pública, llevará a una mayor contratación de mano de obra, de subcontratación de servicios del sector privado, por lo tanto, debiésemos pensar que bajo este escenario la política fiscal sí va a contribuir en el crecimiento económico.


- Pero algunos expertos han señalado que será complejo que se pueda ejecutar el 27,5% del gasto en inversión pública. ¿Comparte ese análisis?


- Sí, debemos reconocer que implementar una política fiscal contracícilica es algo desafiante, el cual requiere impulsar obras. Cuando hay un componente de obras públicas, se requiere una coordinación con el sector privado para impulsar el proceso de concesiones y que éstas funcionen bien. Es una política que contribuirá a la recuperación, pero el mayor desafío será su implementación en los tiempos adecuados para cumplir con el programa de la política fiscal proyectada para el próximo año.


- ¿Será un proceso complejo de materializar?


- Es un número desafiante y este es el principal punto donde se debe centrar la política fiscal el próximo año. Es un presupuesto desafiante, pero realizable. El foco debe estar puesto desde ya para que se implemente como corresponde. Si bien ese es un punto importante, hay un segundo desafío, el cual apunta a converger al balance estructural el 2018. Esto implica que desde 2016 en adelante, el gobierno debiese comenzar a reducir gasto y el déficit estructural y, por ende, aplicar un política mucho menos expansiva. De acuerdo al programa actual, el 2015 sería el último año de una política fiscal más expansiva. Para cumplir el compromiso en 2018 este es el año donde la política fiscal puede cumplir ese rol contraciclico y expansivo.


- Considerando el menor crecimiento que puede registrar la economía y los mayores gastos comprometidos por el gobierno, ¿se pone más cuesta arriba la meta de balance?


- Para responder esa pregunta debemos primero analizar las causas de esa
desaceleración. Es distinto que la economía chilena siga con crecimiento bajo, porque se alarga el ciclo de desaceleración o, bien, porque es un problema estructural. Si tuviéramos un ciclo negativo que se alarga por más tiempo, la política fiscal puede seguir teniendo un rol más expansivo, un déficit efectivo mayor. Ahora, si la evaluación es que el PIB potencial va cayendo no quedará otra que ajustar gastos, ya que los ingresos estructurales son menores. Pero más allá de eso, hay un compromiso de comenzar a reducir el estímulo fiscal desde 2016 y eso no se puede perder de vista. Si se llegara a cambiar la meta de balance, se deben entregar muy buenas razones y, a la vez, insistir que en se debe alcanzar el equilibrio.

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