Los últimos datos de actividad económica, con un Imacec que creció 1,3% en noviembre del año pasado, no tienen a nadie contento en el sector privado ni en el gobierno. Y tampoco a Ricardo Ffrench-Davis. El economista y profesor de la U. de Chile plantea que el país se ha quedado atrás en medidas para reactivar la economía y hacerla capaz de crecer a tasas sobre el 7%, como ocurrió en la primera parte de la década de los 90.
-¿Está estancada la economía hoy?
- Sí, indudablemente, pero creo que es bueno en esta discusión tener una mirada de largo plazo: se ha dicho que Chile ha tenido 40 años de crecimiento muy vigoroso, lo que es profundamente inconsistente con la información histórica. Es cierto que, en promedio, Chile lo ha hecho mejor que América Latina, pero durante la dictadura crecimos apenas 2,9%, después en los 25 años de democracia hemos crecido 5,1% en promedio, aunque no de manera pareja. Desde 1990 hasta 1998, crecimos 7,1% promedio, pero en los siguientes 15 años hasta 2013 el PIB solo aumentó 3,9%. Nadie se debiera olvidar de eso: aceleramos a inicios de los 90, pero después sufrimos una frenada que no empezó en 2013, sino que llevamos una frenada de 15 años. Hay algo que no se está haciendo bien.
-¿Como qué?
- Hay fallas a nivel macro, en innovación productiva, en el mercado de capitales, en las exportaciones, que han dejado de diversificarse. En Chile nos preguntamos mucho si hemos entrado en la trampa de los países de ingreso medio. ¡Llevamos 15 años en ella!
-¿Nos mantendremos allí en el corto plazo?
- Sí, en el corto plazo. El crecimiento de 4,1% de 2013 más o menos coincidía con la generación de capacidad, con un empleo alto y cerca del techo productivo. Sin embargo, el año pasado nos caímos y decayó el uso del PIB potencial.
El ciclo minero se terminó, algo que era previsible por el gobierno anterior y el actual, era preciso ver cómo compensar aquello. Ni el gobierno anterior ni el actual empujaron en el momento oportuno por eso tenemos que hacer más infraestructura, darle más incentivos a las PYME, etc. Hay muchas cosas que se tienen que hacer y que analizo en mi libro sobre los 40 años de la política económica en Chile.
-También se habla mucho que las reformas generaron incertidumbre.
- Lo anterior es un elemento real, al que se le agrega indudablemente la incertidumbre externa e interna. Nadie debiera negarlo: hay un aumento en la incertidumbre, hay gente que equivocadamente se asustó con la reforma tributaria.
-¿Cómo se ve el escenario para este año?
- A cuatro, ocho y 12 meses, las expectativas aún son modificables. Hay mucha capacidad productiva disponible con el bajo crecimiento del año pasado. Si Chile pone en marcha la inversión pública y los incentivos a las PYME, tenemos espacio para crecer hasta 6% si tuviésemos capacidad de comando y de ejecución, como lo hicieron algunos países asiáticos en los años 90 y en el 2009.
Hay un gran espacio para políticas reactivadoras. El Presupuesto fiscal es reactivador, pero muy insuficientemente. El Fisco debiese haber aumentado mucho más los incentivos a la construcción de viviendas, carreteras, llamar rápidamente a licitaciones, municipalidades, pago oportuno de proveedores.
-¿Falta decisión política y de comando para reactivar la economía?
- Necesitamos una política fiscal intensa y poderosa. ¡La desaceleración viene desde 2013! Tomémonos en serio la desaceleración, llevamos dos años de desaceleración. La respuesta es una política fiscal muy fuerte. Y el sector privado no ideologizado debiera aportar a que se ejecutara todo el Presupuesto y un gran suplemento para dar empleo y utilidades a ellos.
-¿Cómo ha visto el rol del ministro de Hacienda y el de Economía en la gestión para revertir la desaceleración?
- No me gusta hablar de personas, sino más bien de políticas. Yo creo que han sido interesantes los anuncios sobre clusters, capitalización de BancoEstado y mayor capacitación laboral. Pero hay que difundirlas con mucha fuerza.
Chile es un país subdesarrollado aún, tenemos un Estado que pesa poco en la economía, con una carga tributaria baja. En otros países hay comando y mucha voz de mando, aquí hay mucha discusión de todo. La conducción económica se ha realizado como si estuviéramos con un problema suave.
-¿Debería tener más liderazgo el equipo económico?
- Creo que debiera tener más fuerza, echarle para adelante y ejecutar. Necesitamos un Estado que haga reactivación efectiva y llame al sector privado a acompañarlo para que salgamos de esta desaceleración. Corremos el peligro de prolongar y agravar la permanencia en la trampa de los países de ingresos medios.
"Visita de Piketty recordó discusión de sordos en la reforma tributaria"
-¿Cómo vio el debate por la visita de Thomas Piketty?
-La venida de Piketty me recordó bastante la discusión entre sordos y a manotazos en la reforma tributaria: los que decían que la reforma no afectará en nada la inversión, mientras otros sostenían que el alza de impuestos por 3% del PIB destruiría al sector privado. Ésta es una discusión subdesarrollada, es una vergüenza que hayamos caído en ese debate y no pudiéramos salir de ello"
-¿Qué reflexión hace de su obra?
-Hay que juzgarlo por el conjunto. Algunos dicen que es errado de principio a fin y otros dicen que es la Biblia.
Piketty no está diciendo cómo hacer las cosas a Chile, pero sí está mostrando cómo y por qué ha evolucionado la distribución en las economías desarrolladas. Muy clave: la distribución es variable y depende, en gran parte, de las políticas que se apliquen.
Mi visión –me leí las 700 páginas- es que la gente que afirma que sus cifras son generalmente erradas denota una ignorancia impresionante.