En agosto de 2013, la Asamblea Popular Nacional de la República Popular China modificó la Ley de Marcas, normativa que comenzó a aplicarse en mayo de este año.
A juicio de María Luisa Valdés, socia de Sargent & Krahn, este cambio es, probablemente, el más profundo desde la entrada en vigencia del cuerpo legal, en 1982.
El texto incluye normas que elevan las multas en caso de infracciones, lo que -añade- evidencia el propósito de fortalecer la regulación para la observancia de las marcas comerciales y medidas contra la mala fe y para anular registros fraudulentos. A ello se suma la fijación de plazos para el examen de solicitudes, oposiciones y cancelaciones, que no deben exceder entre 9 a 12 meses.
Efecto en Chile
La especialista explica que, si bien aún no existen indicios de cómo se interpretará y aplicará, ésta ley se refiere a algunos de los cambios que ella implica para el procedimiento de registro de marcas en el gigante asiático.
La Oficina de Marcas pide un ejemplar original del poder para realizar la solicitud y presentar oposiciones. A ello se suma la obligación de acreditar la vigencia de la sociedad solicitante.
“Nuestra experiencia a la fecha es que sólo es necesario enviarlo una vez y bastaría con renovarlo anualmente”, explicó Valdés, al tiempo que la autoridad china también autoriza peticiones multi-clase.
Agrega que el examinador puede pronunciarse en la etapa inicial respecto a temas de forma y de fondo y el peticionario deberá subsanarlas como requisito para continuar el registro.
La normativa establece ciertas restricciones para la oposición a una solicitud, como la existencia del legítimo derecho, si la causa que se invoca es la similitud entre dos marcas, la posibilidad de confusión general o por derechos anteriores en la marca en cuestión.
Sin embargo, cualquiera puede ejercer esta acción frente a una causal absoluta, precisó.
La nueva ley permite la apelación del solicitante ante un fallo favorable al oponente, pero impide la acción de éste si la resolución es positiva al primero.
“Esta modificación no ha estado exenta de polémica, porque el artículo 41 del Tratado Internacional denominado ‘Acuerdo sobre Aspectos de la Propiedad Intelectual’ (del cual China forma parte) señala que las partes tendrán derecho a que las resoluciones finales sean revisadas por una autoridad judicial”, puntualizó.