"La reforma al Código de Aguas será un desastre". Así, sin matices, califica Diego Castro Portales, abogado y director de la Federación de Canalistas (que agrupa a las asociaciones de usuarios), el proyecto de ley que busca reformar el Código de Aguas impulsada por el gobierno, que tiene entre sus principales ejes terminar con la especulación y garantizar el consumo humano como prioritario por sobre las actividades productivas.
La iniciativa, hoy en trámite parlamentario, es vista por el directivo como lesiva para los derechos de agua hoy en vigencia, pues a su juicio afectaría la propiedad, al establecer un mecanismo de caducidad para su tenencia. En la normativa vigente, los derechos de agua están otorgados a perpetuidad a los titulares de los mismos.
"En un año de reformas gigantescas: laborales, constitucionales y tributarias, se tira esta reforma como una 'reformita', pero con un fondo gigantesco. Esto puede producir un desastre (...) solo se reduce a hablar de los derechos de aprovechamiento. Habla de caducidad, elimina la palabra dueño y la reemplaza por titular", sostiene.
El directivo sostiene que las modificaciones que plantea el ejecutivo no se hacen cargo, por ejemplo, de las mejoras necesarias para la gestión del agua en las cuencas. Asimismo, descarta que exista "especulación" en los derechos consuntivos, e insiste en que varias de las modificaciones serían inconstitucionales.
"Hay mucho de ideología en este tema. Y creo que, no todo, pero muchas cosas, son inconstitucionales. Se afecta el derecho de propiedad porque se están caducando derechos, se limita el dominio", dice.
El directivo expondrá su visión hoy en Enagro 2015, encuentro organizado por la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), donde se discutirá la actual situación política y el impacto de las reformas que está impulsando el gobierno.
"Tenemos una disponibilidad de agua gigantesca y esto podría ser una ventaja respecto de otros países en un escenario de cambio climático. Si el cambio climático afecta a todas la naciones, obviamente las que no tienen recursos van a tener problemas. Esto puede ser una ventaja comparativa para Chile, siempre que actuemos ahora", sostiene.