El retiro del ministro Pedro Pierry del Poder Judicial no sólo dejará un vacío a nivel del pleno de la Corte Suprema respecto de su especialidad en derecho administrativo, sino que a juicio de especialistas que analizan los fallos de esta instancia, abriría un espacio para que emerjan nuevas figuras en la Tercera Sala del máximo tribunal.
Esta instancia es clave para el mundo económico y de los negocios, pues ha incidido en decisiones que han sido trascendentales para el desarrollo de sectores productivos como el minero y eléctrico. A raíz de esto es que en el mundo legal esperan para los próximos días un primer fallo pronunciado por esta sede en su nueva conformación.
Luis Cordero, socio del estudio FerradaNehme, plantea que el contrapeso que anteriormente se observaba entre Pierry y Sergio Muñoz, quien regresó a esta sala especializada en materias económicas ocupando el cupo que dejó el primero, ahora podría darse técnicamente respecto de dos de sus integrantes: las juezas María Eugenia Sandoval y Rosa Egnem.
El profesional explica que dada su especialidad en derecho tributario, la primera magistrada, que al igual que Pierry llegó al Poder Judicial a través de un cupo externo, se alzaría como la heredera natural del juez en lo que respecta a sus criterios y orientaciones, cuyo cupo en el pleno actualmente está en pleno proceso de designación (ver recuadro).
El contrapeso, dice Cordero, se evidenciaría también con la jueza Egnem, porque con un estilo explícito a la hora de disentir y un enfoque en el texto de la ley, a diferencia de Muñoz quien, dice, falla a partir del espíritu de justicia o equidad, lo que califica como dos maneras distintas de razonar.
Aunque, ambas juezas han manifestado posturas disidentes en los tiempos de Pierry, el socio de FerradaNehme dice que en ausencia de éste, quedará más en evidencia el sentir de ambas magistradas.
“Las ministras Sandoval y Egnem intregran la Tercera Sala hace varios años. Ellas pueden cumplir un rol bien relevante de mantener líneas actuales jurisprudenciales dirigidas a evitar el abuso de los poderes discrecionales de los órganos administrativos, en cuya línea doctrinaria serán ahora evidentemente secundadas por el ministro Muñoz. Ellos tres, junto a los ministros Aranguiz y Valderrama, han desarrollado importantes doctrinas al respecto”, explica a su turno el académico de la Universidad Católica, Alejandro Vergara.
Respecto de lo que se puede esperar en las resoluciones de esta instancia, este último profesional estima que quizás algunas tendencias en que influía fuertemente el ministro Pierry, cambiarán.
“Por ejemplo, vislumbro que la doctrina del “decaimiento”, que fue un sustituto para castigar a la administración ante las demoras excesivas, puede tomar un tono más estricto hacia tales demoras, pues la doctrina del ministro Muñoz (que dejó consignada en varios votos de disidencia) ahora podría convertirse en mayoritaria, si lograra concitar el apoyo de los demás Ministros”, concluye Vergara. 
El proceso para llenar el cupo del ministro Pierry
En pleno desarrollo, aunque con un pronóstico de término más bien incierto, considerando que es la ministra de Justicia, Javiera Blanco, la que debe hacer el lobby en el Congreso para lograr la aprobación del nombra que sea propuesto por la Presidenta de la República, está el proceso para llenar el cupo que Pedro Pierry dejó en el pleno de la Corte Suprema.
El propio ministro saliente, comenta que la forma en que el máximo tribunal estableció la quina que le presentó a la mandataria, donde ninguno de los postulantes tiene especialidad en derecho administrativo, entrega luces de lo que el Poder Judicial estaría esperando.
Comenta que si bien el cupo corresponde a un abogado externo, no parece ser causalidad que las dos primeras mayorías en la votación del pleno correspondan a abogados integrantes. Se trata de Arturo Prado y Emilio Pfeffer, a quienes se suman Gastón Salinas, Jorge Lagos y María Ester Montt.
A juicio de Pierry a estas alturas los ministros de carrera cuentan con la especialización suficiente, lo que hace pensar que la medida implementada hace 25 años de aceptar abogados externos para cubrir una debilidad evidente ya se no se justifica.
Un cambio que estima fundamental es limitar la cantidad de años en que un ministro puede integrar la Corte Suprema, ya que ello aumentaría la posibilidad de incorporar a jueces más jóvenes, los que hasta ahora parecen ser desestimados en estos procesos, con el objetivo de evitar que permanezcan más de veinte años en la máxima instancia del Poder Judicial.