Un análisis del escenario local en el plano económico, político y social realizó el gerente general de Empresas Copec, Eduardo Navarro, en una editorial consignada en la nueva edición de la revista corporativa de la compañía.
Bajo el título "¿Dónde están los inconformistas?", el CEO de Empresas Copec insiste en la relevancia del crecimiento, tanto desde el punto de vista económico como en aspirar a construir un país que ofrezca reales oportunidades para todos. "A pesar de que se han levantado muchas voces para resaltar la relevancia de esta tarea, pareciera que nos estamos resignando a vivir en un país con un escenario completamente opuesto", sincera.
Según aseguró, Chile atraviesa una compleja situación económica, acumulando una década de bajo crecimiento, "que ha llevado a algunos a celebrar, con cierto conformismo, un modesto incremento del PIB de 2,6% en 2024. Esta cifra, evidentemente insuficiente, debiera incentivarnos a realizar, con determinación, profundos cambios".
Navarro reflexionó que "muchas veces nos detenemos a señalar las malas regulaciones y los altos niveles de incertidumbre como condicionantes de la falta de inversión. Pero, sin duda, más allá de mejoras a diversos cuerpos legales que permitan fomentar el emprendimiento, así como entender que las certezas son imposibles en el mundo de los negocios -más aún con los vientos de proteccionismo que estamos viviendo-, crecer requiere de algo tan humano como la convicción".
En este caso, añadió, "el crecimiento no lo es todo, pero sí una herramienta facilitadora para hacer realidad los sueños, los sueños de todos".
"No es bueno conformarse"
Destacó -entre otros aspectos- la posición que tenía Chile durante la primera década de los 2000 como la primera economía de la región, pero aseguró que "hemos ido perdiendo todo aquello". "Hoy, cada vez más, nos aquejan problemas graves, que nos hacen ir mimetizándonos con el resto de los países emergentes. Ello, en un contexto actual donde el crecimiento de Chile se ubica por debajo del promedio mundial. En consecuencia, no es bueno conformarse, ni menos celebrar".
Y sentenció: "Necesitamos abandonar la resignación y reencontrarnos con ese histórico apetito transformador que nos marcó durante las últimas décadas. Debemos superar la desconexión entre política, empresa y sociedad, generando consensos sólidos que permitan avanzar hacia un proyecto de desarrollo compartido. Esto exige un sector privado activo y movilizado, un Estado moderno y ágil, liderazgos políticos que pongan el acento en aquello que nos une y una ciudadanía comprometida con el futuro del país".
Sin embargo, sostuvo que hay elementos esperanzadores. Por ejemplo, puntualizó que Chile cuenta con empresas de clase mundial en industrias que serán clave en el futuro y que responden bien a los intereses del consumidor global actual; que el sector financiero es profundo y sofisticado; y "los tratados internacionales, aun en el volátil ambiente del comercio internacional actual, nos mantienen abiertas las puertas de los grandes mercados globales, y su sistema democrático -mejorable, por cierto- se encuentra entre los más sólidos de la región".
Navarro apuntó al momento político local y advirtió que, en un año que estará marcado por las elecciones presidenciales, tenemos la oportunidad de instalar estas inquietudes en el debate público: "Es tiempo de recuperar una narrativa convocante, en que participemos todos los estamentos de la sociedad, y que sea optimista, decidida y soñadora. Este espíritu debe ser nuevamente nuestra bandera, impulsando el emprendimiento, fortaleciendo nuestros sistemas productivos y promoviendo la innovación como motor esencial de desarrollo".
Y si bien Navarro comentó que desde la compañía han asumido liderazgos concretos, realizando en el último tiempo importantes inversiones a nivel local y en otros países, inversiones que demuestran el compromiso de la firma con ese futuro, enfatizó: "En Empresas Copec somos inconformistas. Siempre buscamos ir más allá. Y seguir por esta senda exige más que grandes iniciativas empresariales. Requiere la articulación y el esfuerzo coordinado entre distintos sectores de la sociedad".
Ante la interrogante sobre cómo crecer, Navarro planteó que "nuestra respuesta es clara: apostando al futuro, con base en nuestras bondades económicas, técnicas y sociales, pero, por sobre todo, con ambición, visión, coraje y, fundamentalmente, con convicción".
Y remató: "El conformismo nos inmoviliza y es enemigo del crecimiento, que si bien no es un fin en sí mismo, sin crecimiento no hay progreso, desarrollo, felicidad ni bienestar para las personas. No nos conformemos con menos. No más conformismo".