Una mejora en el estado de los recursos pesqueros mostró el último informe de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca), el que desde 2013 viene analizando su evolución.
El documento estableció que de las 27 unidades de pesquerías estudiadas, hay 13 en estado de sobreexplotadas (cantidad del recurso no es suficiente), ocho en plena explotación (cantidad de peces es suficiente para poder extraer) y cinco agotadas (que es el nivel más crítico).
Román Zelaya, subsecretario de Subpesca, señaló que el informe trae buenas noticias y demuestra que están bien encaminadas las distintas medidas que se vienen aplicando en el tiempo para permitir la recuperación de las pesquerías.
“¿Estamos satisfechos con los datos de este nuevo informe? No por completo. Todavía nos queda mucho por avanzar en materia de recuperación de recursos, pero esta es una señal de que los pasos que hemos ido dando para posibilitar una actividad realmente sustentable van en la dirección correcta”, dijo.
El informe ha abierto diferencias interpretaciones en el sector privado. Macarena Cepeda, presidenta de la Asociación de Industriales Pesqueros (Asipes), señaló que “son buenas noticias para la pesca industrial, para la sostenibilidad de los recursos del país y para el trabajo de miles de chilenos que laboran en barcos y fábricas de nuestro sector”.
Destacó que el jurel -una de las pesquerías más relevantes- mostró un estado de plena explotación, presentando niveles de biomasa desovante (que en términos simples se refiere a la cantidad de adultos reproductores de una especie) que en promedio tiene una tendencia creciente en los últimos cinco años, alcanzando para 2019 niveles por sobre el Rendimiento Máximo Sostenible (RMS).
La sardina común -materia prima para la producción de harina y aceite de pescado- también se encuentra en esa categoría, mostrando también una tendencia creciente.
El gerente general de Sonapesca, Héctor Bacigalupo, destacó los crecimientos sostenidos de la pesquería industrial posterior a la vigencia de la Ley de Pesca, que fue cuando se implementó este sistema.
“Se puede establecer que el 66% de las pesquerías se encontraba en sobreexplotación y un 6% en agotamiento (para ese entonces), mientras que para 2020 sólo el 12% se concentra en sobreexplotación y un 1% en estado de agotamiento, lo que indica que el 87% de las pesquerías industriales están en torno al RMS”.
Agregó que no solo hay que mantener los mecanismos que fijó la legislación para las pesquerías, sino que hay “que profundizarlos. Nos dio un camino que está dando resultados, y hay que insistir”.
Esta visión positiva no es compartida en todo el sector privado. La ONG internacional Oceana -que aboga por la protección de los océanos- señaló que si bien se han visto mejorías en algunas especies, apuntan que “es preocupante que recursos emblemáticos como la merluza común no hayan evidenciado ninguna mejora significativa en su estatus desde el año 2012. De hecho, gran parte de las pesquerías de importancia comercial llevan más de diez años al borde del colapso o ya colapsadas”.
Advierten que del total de las pesquerías -no solo las industriales- el 67% se mantienen en estados sobreexplotados o agotados.
Además, critican la falta de datos entregados por la autoridad. Dicen que al menos 17 pesquerías no cuentan con todos los datos para determinan su estatus, como son los casos del erizo rojo, el loco, las algas pardas, entre otros.
¿Por qué algunas especies no pueden subir de categoría?
Si bien algunas especies han aumentado en los años su categoría, recursos como la merluza común se mantiene como sobreexplotación hace ya cuatro años.
Monserrat Jamett, jefa de Sustentabilidad de Asipes, dice que están mostrando datos alentadores de recuperación, "lo que se confirma por una mejora relativa de las tallas medias en las capturas y en los rendimientos de la pesca industrial. De hecho, el crucero de evaluación directa realizado en agosto de 2019 también muestra signos de un proceso de recuperación".
El problema sería que este recurso está fuertemente afectado por la pesca ilegal, especialmente en las regiones de Valparaíso, O'Higgins y Maule. "Mientras eso no se solucione, será muy difícil recuperar la pesquería", dijo Jamett.
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