Empresario mexicano: "Con el nuevo gobierno cambió dramáticamente la perspectiva de inversión en Chile"
El dueño de la firma mexicana detrás de la remodelación del hospital Salvador habló en exclusiva con DF sobre el atraso de las obras y el cambio en las expectativas empresariales.
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Fundador y director general de la constructora mexicana GIA, Hipólito Gerard Rivero es un nombre reconocido en el ámbito de la infraestructura y finanzas de ese país por sus nexos políticos y de negocios.
El empresario también está presente en Chile, tras adjudicarse en 2014 el proyecto de remodelación del Hospital Salvador-Geriátrico en Santiago, a través del Consorcio de Salud Santiago Oriente, en que tiene una participación del 95% y trabaja en conjunto con la española Assignia.
La obra -que cuenta con una inversión inicial de US$ 400 millones, una superficie de 160 mil metros cuadrados y la proyección de 26 pabellones y 641 camas- aún no ha iniciado su construcción, principalmente por lo que la firma acusa como "falta de voluntad política".
Y es que luego de ganar la licitación -durante las últimas semanas del primer gobierno de Sebastián Piñera- el camino que siguió a esto ha estado lleno de dificultades.
Al asumir Michelle Bachelet la presidencia por segunda vez, la administración dio inicio a la revisión de los contratos, mientras la entrega de los terrenos a la concesionaria tardó más de lo estipulado.
Además, la entrada en vigencia de cambios en las normas ambientales hicieron que la iniciativa tuviese que obtener la Resolución de Calificación Ambiental (RCA), lo que retrasó aún más el programa, sobre todo con el hallazgo de restos arqueológicos en los terrenos, que debieron ser retirados.
Aunque rara vez conversa con la prensa, en esta ocasión Hipólito Gerard habló con Diario Financiero acerca de su visión sobre Chile y los proyectos en los que participa.
-¿Cuál es el diagnóstico que hace de las dificultades para iniciar las obras del hospital -Salvador?
-Yo creo que este fue un tema coyuntural. Tuvimos un cambio de política entre una administración y otra y nos afectó gravemente. La interpretación que nosotros le damos es que había una falta de voluntad de hacer el proyecto. De haberla, estoy seguro de que habrían encontrado una forma de resolverlo.
En esa misma línea, en Chile, a juicio de Jorge Iturbe, director general de operaciones de GIA, "no se acaba de entender el sistema de concesión de hospitales". "La salud pública seguirá siendo pública", enfatiza el ejecutivo.
-¿Ve que pueda concretarse en este período?
-Yo espero que en esta administración, y se nos ha dicho que así va a ser, echen el proyecto para adelante. Vemos con muchos mejores ojos que se concrete, y se nos ha asegurado que está la voluntad para hacer el proyecto. Estoy seguro de que con una administración que verdaderamente tenga la intención de que ese hospital entregue servicio a los chilenos, pues lo van a echar a andar.
-¿Tienen en mente llevar a cabo nuevos proyectos en Chile?
-Desde luego que sí, tenemos la capacidad de inversión y tenemos el equipo, pero primero queremos ver que el proyecto del hospital se encamine.
-¿Cómo ve la instalación del nuevo gobierno?
-La verdad es que cambió dramáticamente la perspectiva de inversión. Vemos una mucho mejor actitud de los de bancos e inversionistas con el Chile que se presenta con esta nueva administración.
-¿Cómo ha sido el proceso de internacionalización de GIA?
-La realidad es que en mi país, justo al inicio de este ciclo económico (que comenzó en 2012), se decía que vendría el "México Moment", que todos íbamos a crecer y ser del primer mundo muy rápido. Lo lógico era que en ese momento GIA volteara hacia México. Sin embargo, vimos la experiencia de las empresas españolas, que cuando se vino la crisis en ese país, salieron despavoridas a todo el mundo a tratar de contratar obras. Entonces, contra intuitivamente dijimos ahora que es el México Moment, hay que salir y prepararnos con antelación para cuando esta realidad cambie.
-¿En qué está GIA actualmente?
-Ahora mismo tenemos entre sesenta a setenta proyectos activos, de toda índole. Otros seis están en carpeta, de los cuales cuatro ya están operando, que básicamente son un hospital en la Ciudad de México, un centro penitenciario en Oaxaca, un hospital en Mérida, un libramiento carretero en Sonora. Además, tenemos dos proyectos en proceso, uno en Honduras, que estará terminado a mediados de 2019 y el otro es el de Chile. Hoy tenemos un backlog de US$ 7 mil millones y un Capex de US$ 12 mil millones.
-¿Qué proyectos tienen en energía? ¿Hay algún interés por esta área en Chile?
-En la asociación que hicimos con la norteamericana Kiewit -que tiene 120 años de existencia y es la empresa que más experiencia posee en temas de generación tanto en Estados Unidos como en Canadá- hicimos plantas de comprensión para un gasoducto, para la canadiense TransCanada. También estamos levantando un centro de almacenamiento de combustible (hidrocarburo) y ahora vamos a construir una planta de generación eléctrica de 500 megas.
Sumado a esto, vienen dos proyectos adicionales, una nueva iniciativa de contenedores de combustibles, que será casi cuatro veces más grande que el que estamos construyendo actualmente y otro relacionado con el gas natural.
Vemos muchísimas oportunidades en el sector energético, y como GIA y con nuestro socio Kiewit desde luego voltearemos a ver hacia Chile. Lo que necesitamos es que nos destraben el hospital primero.
Hace cerca de un mes, Jorge Iturbe, director general de operaciones de GIA se reunió con el Ministro de Obras Públicas, Juan Andrés Fontaine, para analizar el estado actual del proyecto del hospital Salvador Geriátrico.
En la cita, el ministro "mostró su disposición a hacer todo lo necesario para que el proyecto fuera para adelante, en las condiciones que tenemos pactadas con el ministerio anterior y darle continuidad al proceso, lo cual hace viable el proyecto", señaló Iturbe.
A su juicio, Fontaine "fue muy contundente en decirnos que su vocación y convicción es que el proyecto avance".
En cuanto a los tiempos, el ejecutivo manifestó que no es seguro "que los tiempos encajen precisamente como nosotros esperamos, porque es algo que no controla ni el ministerio ni nosotros, depende también de Contraloría. Esperamos, de todas formas, que las cosas se hagan de manera expedita".
En enero pasado GIA llegó a un acuerdo con el gobierno anterior en que se reconocen los retrasos y se modifican los plazos del proyecto, para que éste siga siendo financiable. La mexicana está a la espera de que el MOP ratifique el documento y que luego éste sea visado por Contraloría.
Si eso sucede, la construcción iniciaría en julio de este año y concluiría en 2022. Hasta ahora, han invertido US$ 32 millones en el proyecto. De resultar exitosa la iniciativa, este sería el hospital concesionado más grande que tendría en operación la firma.
La fecha tope para recibir la resolución es el 31 de mayo, fecha tras la cual se incrementaría el plazo de construcción y se re evaluaría. Hasta ahora, el MOP estaría en pleno proceso de revisión del mencionado documento.