Lograr que el 5% de los ingresos en los próximos cuatro años se generen gracias a proyectos innovadores es la apuesta de la empresa desarrolladora de tecnología Kibernum.
“Queremos sostener las altas tasas de crecimiento y para ello tenemos que innovar. Si no, terminas compitiendo sólo por precios y el valor que le entregas al cliente es marginal”, explica Mario Araya, gerente general de la firma que facturó US$ 50 millones en 2013, y proyecta crecer un 21% este año.
Hoy, la compañía está en un fuerte proceso de formalización del sistema de innovación interno, el que incluyó, gracias al apoyo de Corfo, el diseño de la nueva plataforma OpenLab, que consiste en el desarrollo de un software que permite a los usuarios y trabajadores de la firma subir ideas, las que serán evaluadas por un Comité de Innovación (compuesto por tres gerentes) para su futura implementación. De hecho, dentro del presupuesto 2014, contemplan un fondo especial en torno a los US$ 50 mil para la ejecución de las ideas con más proyección.
“El software nos permite hacer una gestión muy exhaustiva, pero con mucha facilidad de las distintas iniciativas de innovación que estamos desarrollando al interior de la empresa”, señala.
Dentro de los planes, también está el interés de poder vender esta herramienta u ofrecerla como un nuevo servicio de la compañía que se dedica a ingeniería de software, proveer profesionales informáticos o a la externalización de procesos de negocios.