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Publicado: Miércoles 20 de junio de 2012 a las 05:00 hrs.
Las políticas públicas para apoyar a las pymes han fluctuado en el mundo entre fomentar su crecimiento o protegerlas.
Las pymes captan la atención de los gobiernos por su relevancia en el empleo y en la dinámica empresarial. Por esta razón, los gobiernos en general no dudan en impulsar medidas y programas especiales que permitan, entre otras cosas, proteger los puestos de trabajo en la economía local. El desafío está en no generar acciones que incentiven a las pequeñas empresas a detener su crecimiento.
En la medida que las empresas se desarrollan y crecen van alcanzando mayores niveles de eficiencia. La evidencia empírica es concluyente y así como en Europa las empresas grandes son 40% más productivas que las más pequeñas (Eurostat, 2009), una situación similar se repite en Chile, alcanzando una diferencia de 30% (Estudio Corfo-UAI, 2012). Consecuencia directa de esta diferencia en productividad son los mejores salarios que perciben los trabajadores de empresas más grandes, lo que sumado a la mayor estabilidad en empleo y posibilidades de desarrollo, incrementa aún más la brecha en la calidad del empleo que entregan a sus trabajadores.
La crisis de Europa no es sólo debido a sus gastos excesivos sino también se explica por la pérdida en productividad en Grecia, Francia, Portugal y España la que responde, en parte, a políticas y regulaciones especiales que pretendieron favorecer a las pymes pero que terminaron desincentivando su crecimiento.
Por esto, especial cuidado debemos tener cuando se demandan tasas de impuestos diferenciadas, subsidios y regulaciones especiales, ya que podrían desincentivar el ciclo virtuoso de su crecimiento. Políticas públicas orientadas a la reducción del número de trámites y costos para crear una empresa, el proyecto de ley de quiebras y re-emprendimiento acelerado, las 60 medidas del programa Impulso Competitivo, sumado a los programas de acceso al financiamiento impulsados por Corfo y Sercotec y reducir los gastos asociados excesivos que imponen ciertas regulaciones a las pymes, tienen como objetivo eliminar trabas para mejorar su competitividad.
En una economía sana y dinámica como la chilena, los emprendedores con ideas pueden comenzar nuevos negocios. Debemos apoyar a las pymes, pero el foco de las políticas públicas debe estar en despejar la cancha para que éstas puedan crecer.
El gerente general de la OTIC de la Cámara Chilena de la Construcción analizó los débiles indicadores referidos al trabajo y apuntó a la necesidad de mirar la brecha formativa de los jóvenes para revertir las cifras de desempleo.