Por José Carlos Prado
La aerolínea chilena LAN se convertirá el próximo año en la primera compañía de Latinoamérica que operará un Boeing 787 Dreamliner, aeronave que consume hasta un 20% menos de combustible y que, por tanto, reduce las emisiones de CO2 en sus vuelos.
La decisión de la empresa controlada por la familia Cueto se enmarca en un plan que busca disminuir los efectos en el medioambiente y es la antesala de la decisión que tomará próximamente la Unión Europea respecto a su Esquema de Comercio de Emisiones (EU ETS, por sus siglas en inglés) que dará cuotas de emisiones de libre cobro para las diferentes aerolíneas que vuelan en el viejo continente.
En el caso de LAN, las filiales que quedarán bajo esta nueva norma son LAN Airlines, LAN Perú y LAN Ecuador, ya que el resto no vuela a Europa. Según su memoria 2010, el 10% de las ventas de la aerolínea corresponde a Europa.
En marzo de este año LAN validó su huella de carbono ante la Unión Europea, trámite necesario en el proceso que definirá su cuota de emisiones. Según cálculos que han trascendido con anterioridad, la compañía chilena tendría que desembolsar unos
US$ 10 millones por año una vez que comience a operar la nueva norma europea.
Más aviones
Además de la incorporación del Dreamliner -que suman 32 en total y una inversión de US$ 3.500 millones-, LAN también sumará 20 aviones Airbus 320neo, los que llegarán entre el 2017 y 2018 y que tienen motores más eficientes y nuevos dispositivos aerodinámicos denominados sharklets. Esta combinación ofrecerá hasta un 15% de ahorro de combustible, entre otros beneficios, lo que equivale a una reducción anual de 3.600 toneladas de CO2 por avión.
Según explica Enrique Guzmán, gerente Medioambiente LAN, “todas estas medidas traen beneficios no sólo al medio ambiente y a las comunidades donde opera LAN, sino que además significan un alto grado de eficiencia por parte de la compañía, las cuales van en línea con las directrices de IATA en materia de políticas voluntarias de parte de las aerolíneas para reducir las emisiones de CO2”.
Durante 2010 los gastos por combustible significaron el 29,8% de los costos operacionales. A junio de este año, el gasto por este ítem superó los US$ 820 millones, aumentando casi 50% en relación al mismo período de 2010.