Las grandes compañías compran e invierten en grupos de Internet con el propósito de estar a la par de sus rivales digitales
¿Qué tienen en común el mayor minorista, la segunda mayor compañía de telecomunicaciones y la mayor fabricante de automóviles estadounidenses?
Pues que todas ellas han decidido que ya llegó el momento de enfrentar de manera más agresiva a sus poderosos rivales digitales. Y con el fin de apoyar sus esfuerzos, han comprado o hecho grandes inversiones en compañías de Internet que están en peligro de ser simples competidores en sus respectivos mercados.
Suena como una estrategia arriesgada. Pero cada trato parece muy diferente, y es demasiado pronto para descartarlos como simples maniobras desesperadas de las grandes compañías titulares que temen que la revolución digital las deje fuera del juego.
Walmart, con su compra de la compañía de comercio electrónico Jet.com por US$ 3.300 millones, es la última en unirse a la lucha. Considerar a Jet otro simple competidor puede sonar duro, pues se inició hace apenas un año, con más de US$ 500 millones en fondos y el objetivo de posicionarse en un indiscutible segundo lugar detrás de Amazon. Sin embargo, al aceptar una venta precipitada, sus inversionistas han optado por una modesta ganancia ahora en lugar apostarle fuertemente a un modelo de negocio que requiere mucho efectivo y cuya viabilidad aún no se ha probado.
El comercio electrónico ha caído en desgracia en el mundo del capital de riesgo, y aunque Jet ha logrado hasta cierto punto diferenciarse de Amazon y garantizar la repetición de negocios, en general se piensa que está pagando un precio muy alto para atraer clientes. Teniendo en cuenta sus propias ventas menguantes de comercio electrónico después de muchos años de esfuerzo, Walmart realmente necesita intentar algo diferente si desea tener una oportunidad a largo plazo contra Amazon.
La decisión se produce un mes después de que otra gran compañía titular, Verizon, ganó la subasta de Yahoo. Con esta última jugada, la compañía de telecomunicaciones dobló una apuesta previa — la adquisición de AOL — de que podría enfrentar al "duopolio" de la publicidad digital, Google y Facebook.
Y a principios de este año, General Motors, el mayor fabricante de automóviles de EEUU, compró un asiento en la mesa digital con US$ 500 millones de inversión en el servicio de transporte privado Lyft, enfrentándose a la empresa "startup" para usuarios de Internet más agresiva de la actual generación: Uber.
La magnitud de esta ronda de inversiones en la diversificación digital parece grande. Sin embargo, en relación con lo que está en juego, las cifras no parecen exorbitantes.
Lo que cada una de estas grandes compañías obtendrá a cambio de su dinero es muy distinto. Walmart le está apostando a un equipo de gestión y una plataforma de tecnología, haciendo de ésta una forma muy costosa de "adquisición-contratación".
Verizon, por otra parte, está adquiriendo un activo perdido — la audiencia de Internet del escritorio de Yahoo — con la esperanza de poder utilizarlo para alimentar la plataforma "adtech" que se ha construido alrededor de AOL y llevar la compañía rápidamente a las grandes ligas de la publicidad en línea. Teniendo en cuenta los años que Yahoo le ha dedicado a intentar — sin éxito alguno — lograr prácticamente lo mismo, las probabilidades de éxito son escasas.
General Motors, con su 9% de participación en Lyft, está comprando un asiento en la mesa de un servicio que puede cambiar a largo plazo los hábitos de compra de coches, conforme una generación más joven de habitantes urbanos opta por tratar el transporte como un servicio. También podría obtener una plataforma de lanzamiento para una futura flotilla de vehículos sin conductor, los cuales se podrían solicitar mediante una aplicación.
Para cada una de las grandes compañías titulares, estas ofertas parecen ser lo mínimo imprescindible. Habrá inversiones mucho mayores en el futuro.