Brasil, la mayor economía de Sudamérica, registró en 2017 su menor inflación en 19 años gracias a la fuerte caída del precio de los alimentos en dicho periodo, informó hoy el Gobierno.
El índice se situó el año pasado en el 2,95%, un dato 3,34 puntos porcentuales inferior al de 2016, cuando el indicador alcanzó el 6,29%, y supone el menor incremento de precios en el país desde 1998, cuando fue del 1,65%, según el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (Ibge).
La inflación llegó al 10,67% en 2015, su mayor nivel en 12 años, y tan sólo dos años después cayó hasta el 2,95%, por debajo de la meta fijada por el Gobierno, que era del 4,5% con un margen de tolerancia de un punto y medio porcentual hacia arriba o hacia abajo.
Los precios cerraron en 2017 por debajo del techo marcado por el Ejecutivo por primera vez desde 1999, cuando fue creado el sistema de metas de inflación en Brasil.
Por ese motivo, el presidente del Banco Central deberá justificar las razones de incumplimiento en una carta abierta al ministro de Hacienda, Henrique Meirelles.
La inflación se vio contenida por el grupo de alimentos y bebidas, responsable por un cuarto de los gastos de las familias y que registró su primera caída anual desde la aplicación en 1994 del Plan Real, un programa de ajuste lanzado por el entonces presidente Itamar Franco para acabar con la hiperinflación.
Los economistas calculan que la recesión llegó a su fin en 2017, cuando la economía creció en cerca de un 1,0 %, y que esa recuperación se mantendrá en 2018, para cuando proyectan una expansión de hasta el 3,0 %.
Los mismos analistas consideran que la inflación seguirá bajo control en 2018, para cuando prevén que el índice de precios tan solo suba un 3,95 %, por debajo del centro de la meta del Gobierno que para este año nuevamente es del 4,5 %