China y EEUU reactivan los diálogos para poner fin a cuatro meses de guerra comercial
Las negociaciones se retoman ad portas del encuentro entre Donald Trump y Xi Jinping en Buenos Aires, y tras un largo período sin contactos oficiales.
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Por primera vez en más de tres meses, las dos mayores economías del mundo reportaron una reactivación de los diálogos de alto nivel para poner fin a la guerra comercial que ha remecido a los mercados en todo el mundo y generado disrupciones en las cadenas de suministro.
El principal asesor económico de la Casa Blanca, Lawrence Kudlow, señaló ayer que Estados Unidos y China tenían conversaciones “en todos los niveles” y, aunque reconoció que no hay certeza de que los diálogos den pie a un acuerdo que frene el conflicto, agregó que “es mejor hablar que no hablar”.
Sus palabras llegaron poco después de las del primer ministro chino Li Keqiang, quien manifestó que su país está “dispuesto a negociar con EEUU y buscar una solución aceptable para ambos lados (...) mientras respetemos los intereses centrales y mayores preocupaciones del otro, podremos contener y resolver las disputas”. En tanto, diarios locales de China reportaron que el vicepremier Liu He, quien ha liderado las negociaciones por parte de Beijing, podría visitar Washington en los próximos días.
El restablecimiento de los diálogos llega ad portas de un encuentro entre el presidente Donald Trump y su par Xi Jinping a fines de este mes en Buenos Aires, donde ambos participarán de la cumbre del G20. Los líderes también hablaron por teléfono hace dos semanas, tras varios meses sin que se hiciera público algún contacto directo entre ambos.
La noticia del acercamiento entre las dos mayores economías del planeta animó ayer a los mercados.El S&P 500 llegó a crecer cerca de 1%, mientras el Stoxx Europe 600 cerró con un avance de 0,67%. En China, el Hang Seng logró un salto de 0,62%.
Quiebre del silencio
Las negociaciones entre Washington y Beijing se mantenían congeladas desde agosto, cuando EEUU impuso una segunda ronda de aranceles y llevaba el total gravado a US$ 50 mil millones. Desde entonces, implementó cobros sobre US$ 200 mil millones adicionales, los cuales aumentarían de 15% a 25% a partir de enero si no hay acuerdo.
En total, la administración de Trump ha gravado casi la mitad de todo lo que el gigante asiático envió a su país el año pasado. Beijing, por su parte, ha tomado represalias sobre unos US$ 110 mil millones en productos estadounidenses.
Pero, según fuentes consultadas por Bloomberg ayer, el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, conversó con el propio Liu He el viernes, aunque no produjo resultados concretos. Tanto Mnuchin como el secretario de Comercio, Wilbur Ross, han negociado acuerdos anteriores en que Beijing se comprometía a comprar más bienes estadounidenses para equilibrar el déficit comercial, pero Trump los ha rechazado exigiendo reformas estructurales en el sector industrial de la potencia asiática.
“Tenemos confianza en que EEUU está en una posición fuerte”, dijo ayer el vicepresidente Mike Pence, durante una visita a Japón. Agregó que la relación de su país con China debe estar “basada en la justicia”.
Por su parte, el presidente del Consejo Empresarial EEUU-China, Craig Allen -cuya asociación representa a grandes empresas estadounidenses, entre ellas Boeing y Walmart-, manifestó que tiene “un optimismo cauto”.
Añadió que ve “probabilidades razonables” de que el encuentro entre Trump y Xi de pie, al menos, a la postergación de nuevas acciones comerciales, como el alza de los aranceles existentes.
China en guerra
La prolongación de la guerra comercial, sumada a las políticas de Beijing para frenar el preocupante crecimiento doméstico del crédito, ya acusan impacto sobre la actividad de la segunda mayor economía del planeta que, según proyecciones del Fondo Monetario Internacional, podría expandirse en 6,6% este año, su peor desempeño en casi tres décadas.
Ante ello, el gobierno de Xi anunció un programa de estímulos para facilitar el acceso a financiamiento. Pero Li Keqiang advirtió ayer que su país “no usará estímulos excesivos para impulsar la economía, porque no sería sustentable. Pero China definitivamente usará medidas fuertes para impulsar la vitalidad del mercado”.
La autoridad añadió que el gobierno mantendrá un entorno macroeconómico estable y no devaluará su moneda, sino que la mantendrá estable en un rango razonable.
En tanto, Xi se prepara para participar esta semana en una cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC, su sigla en inglés), donde no estará presente Trump, en una señal de que busca aumentar su influencia en la región ante la ausencia de EEUU.