El PIB de Japón se contrajo 1,6% anual en el segundo trimestre debido a la fuerte caída de las exportaciones y a que los consumidores redujeron su gasto, informó ayer el gobierno. El retroceso es un mal augurio para la política del primer ministro Shinzo Abe que busca acabar con décadas de deflación en el país.
La desaceleración China y su impacto sobre los socios asiáticos también ha aumentado la posibilidad de que un repunte en el crecimiento en el período julio-septiembre sea modesto, consignó Reuters. El débil dato se suma a las señales de que la economía japonesa se encuentra estancada y podría reavivar las expectativas del mercado de que el Banco de Japón aumentará el estímulo monetario este año.
La contracción, la primera desde el trimestre abril-junio de 2014, fue menor de lo previsto por economistas sondeados por Reuters (1,9%), y sigue a una expansión revisada de 4,5% en el primer trimestre.
"El consumo privado se redujo mucho, el gasto de capital fue pobre y los inventarios aumentaron. La situación parecía mucho peor de lo que mostraron las cifras", dijo Takeshi Minami, economista jefe del Norinchukin Research Institute. El consumo privado, que representa casi 60% de la actividad, retrocedió 0,8% en el segundo trimestre frente al período previo, el doble del ritmo esperado por los analistas. En el período, la demanda externa restó 0,3 punto porcentual al crecimiento debido a la caída de las exportaciones a Asia y EEUU.
Según el ministro de Economía, Akira Amari, la contracción se debe a factores temporales como el mal clima, que desalentó el consumo. "Las condiciones de ingreso siguen mejorando como tendencia, así que se espera que el consumo privado se recupere gradualmente", aseguró.