El “escurridizo” David Cameron
El primer ministro es uno de los políticos ingleses más jóvenes en llegar al cargo y que más tiempo se ha mantenido en él.
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El referendo realizado ayer en Reino Unido para definir su permanencia o su salida de la Unión Europea tuvo un rostro principal. En medio de su campaña por un segundo período como primer ministro, fue David Cameron quien ofreció a los descontentos con la globalización la oportunidad de zanjar la discusión en las urnas.
Más allá de los resultados (al cierre de esta edición aún no se conocían pero encuestas adelantaban que triunfaría la opción “Permanecer”), los medios locales estiman que el gran perdedor del proceso es Cameron, quien buscó en la UE un estatus especial para su país y terminó presentando una propuesta que generó una enorme división entre los ingleses, no dejó contento a casi nadie y provocó fuerte volatilidad en los mercados.
Las tensas votaciones serán una prueba mayor para la supervivencia de un político que durante su carrera ha sido caracterizado como un personaje esquivo y que de hecho le ha ganado el apodo de David “el escurridizo”. La oposición laborista acuñó ese sobrenombre tras oír sus explicaciones sobre su aparición en los Panama Papers (debido a una empresa que su padre estableció en un paraíso fiscal), su falta de claridad acerca de su disposición a tener un tercer mandato e, incluso, su consumo de drogas y alcohol en la juventud.
De Eton a Downing Street
En 2010, con 43 años de edad, David Cameron se convirtió en la persona más joven en asumir el cargo de primer ministro británico desde 1812. Conocido como un “conservador moderado”, está entre quienes más han durado en funciones durante la era moderna, superado sólo por Winston Churchill, Margaret Thatcher y Stanley Baldwin.
Hijo de Ian y Mary Cameron –el primero, un corredor de bolsa; y ella, una jueza civil–, estudió en reconocidas escuelas privadas inglesas: Heatherdown (donde también asistieron los príncipes Edward y Andrew) y, más tarde, Eton.
Entró a la política como investigador para el Partido Conservador, y llegó a ser asesor político del ex ministro de Hacienda, Norman Lamont, un cargo en el que enfrentó la crisis financiera conocida como “miércoles negro”, cuando la libra esterlina cayó hasta salir del sistema cambiario europeo.
Logró un puesto en el Parlamento en 2001 y, cuatro años después, se convirtió en líder del Partido Conservador tras un discurso sin apuntes y con mucho carisma, un estilo del que haría su sello. Desde entonces, rescató a la colectividad de una crisis de imagen, reclutando más mujeres y candidatos de minorías étnicas.
En sus años en Downing Street, Cameron ha sufrido dos episodios adversos: el referendo separatista de Escocia (en el que se le criticó por reaccionar tardíamente, aunque logró evitar la fractura del Reino Unido) y el bloqueo a sus planes para una intervención militar en Siria. El referendo por el Brexit, sin embargo, ha sido sin lugar a dudas el más complejo.
Caída en aprobación
En este último año, la popularidad del premier ha caído más de quince puntos porcentuales de acuerdo con el centro de estudios británico YouGov y hoy está por debajo del líder opositor Jeremy Corbyn, del Partido Laborista.
Una encuesta de Ipsos Mori en junio muestra que la aprobación del ejecutivo también es menor que la de Nigel Farage, quien encabeza el partido de extrema derecha UKIP.
Cameron invirtió mucho de su capital político en esta votación. En una encuesta de YouGov, el 82% de los británicos manifestó que no confía en el primer ministro en esa materia.
David Cameron, probablemente, será recordado como el hombre que puso sobre la mesa un debate que dividió a Inglaterra y que amenazó con fracturar a la Unión Europea.
El ascenso de un conservador moderado
1988. Entra al Partido Conservador como investigador y trabaja de cerca con George Osborne, hoy su ministro de Hacienda.
1997. Tras tres años en el sector privado, disputa un lugar en el Parlamento, pero pierde.
2001. Gana el escaño conservador en Witney, Oxfordshire y entra al Parlamento.
2005. Se convierte en líder del Partido Conservador.
2010. Con 43 años de edad, se convierte en primer ministro.
2015. Es reelecto en el cargo, tras prometer un referendo sobre la permanencia del Reino Unido en la UE.