Mientras toda la atención internacional se concentraba en las tensiones de los días previos al referéndum independentista de Cataluña, a 5 mil kilómetros al oriente de España, otro pueblo estaba decidiendo su futuro.
Kurdistán iraquí, una zona autónoma que agrupa a la población kurda de Irak, llevó a cabo una votación en la que un 92% de los participantes se pronunciaron a favor de la separación de Bagdad. Pese a que las autoridades regionales trataron de bajarle el perfil al evento, señalando que no llevará a la declaración automática de independencia, el gobierno central reaccionó duramente, recortando fondos federales y cerrando aeropuertos internacionales kurdos.
La votación fue sensible también porque encenderá los ánimos secesionistas en los países vecinos: a pesar del acuerdo de 1920 que garantizaba el Estado de Kurdistán, la población kurda fue dividida entre Siria, Irán, Irak y Turquía, donde suman 20 millones de personas. La lucha por la secesión se extiende desde entonces, y en los tiempos más sangrientos -cuando el régimen de Saddam Hussein utilizó armas químicas en los ‘80- causó la muerte de hasta 5 mil personas. En respuesta al referéndum, Ankara amenazó a la región rebelde con sanciones económicas y hasta militares.
Pero este es sólo un ejemplo de las tensiones secesionistas: del norte al sur y del oriente al poniente, en total son casi 20 los países que enfrentan demandas independentistas de algunas de sus regiones.
África sangra
En el continente africano, el mismo día que se llevó a cabo el referéndum catalán, miles de manifestantes salieron a las calles en el día nacional de la República Federal de Camerún para pedir la independencia de Bamenda, una región de minoría angloparlante que representa un 20% de la población.
El territorio argumenta que el gobierno central no respeta la autonomía, endureciendo el control e imponiendo el idioma francés que habla el resto del país. La manifestación desencadenó varios días de la violencia policial que dejó al menos 17 muertos.
El fuego independentista está quemando también a una zona de la vecina Nigeria que bordea a Camerún, Biafra. Ahí, los ánimos separatistas aumentaron en los últimos meses gracias a los esfuerzos de Pueblo Aborigen de Biafra, que el gobierno considera una organización terrorista y acusa de actos de violencia. Su líder Nnamdi Kanu, ciudadano también británico, desapareció en septiembre después de enfrentamientos con el Ejército.
Los flancos de China
En tanto, la medalla de oro por el récord de reclamos independentistas pertenece, sin duda, a China. Tíbet, Taiwán, Hong Kong y Macao son las cuatro regiones que buscan de una u otra manera independencia de Beijing. Macao y Hong Kong, dos territorios con estatus especial, disponen de autonomía que les permite contar con sistemas económicos capitalistas dentro del comunismo político. Ambos fueron traspasados a la autoridad china hace poco -en 1997 Hong Kong (anteriormente británico) y en 1999 Macao (territorio portugués)- con la condición de una amplia autonomía por al menos 50 años.
Y mientras en Macao los ánimos separatistas no son tan fuertes, en Hong Kong sí se elevaron en los últimos meses, a medida que los intentos de Beijing por socavar los movimientos democráticos generaban creciente resistencia de la juventud. El futuro del movimiento no está claro: la nueva jefa del gobierno, Carrie Lam, promovida por el presidente Xi Jinping, se ha mostrado a favor de mantener el statu quo. Mañana, en medio de crecientes protestas estudiantiles, entregará su primer discurso oficial desde que asumió el cargo en julio.
Las autoridades de otra región, Taiwán, se muestran más rebeldes. La gobernadora Tsai Ing-wen aprovechó la llegada al poder de Donald Trump para avanzar con el reconocimiento de la isla.
Inicialmente, fue alentada con las declaraciones del mandatario de que no se ve comprometido con el principio de un país dos sistemas, sin embargo, recibió una ducha fría después de que Trump volvió hacia la posición oficial del país.
Otro territorio es el Tíbet, que logró independizarse de China en 1913, pero fue forzado a reincorporarse en 1951. Es conocido por décadas de lucha pacífica encabezada por el Dalai Lama.
Europa en alerta
En Europa, la votación de Cataluña puede intensificar los reclamos independentistas que han ido perdiendo fuerza en los últimos años.
“Si hoy dejamos a España separarse de Cataluña, el efecto dominó se propagará por el continente”, advirtió Esteban González Pons, jefe de delegación del Partido Popular español en el Parlamento Europeo.
La misma España tiene otra región rebelde, el País Vasco, cuya organización ETA aterrorizó por años al país, dejando más de 800 muertos hasta 2011, cuando entregó las armas.
Otros focos de tensión europea son Padania en Italia y Flandes en Bélgica, cuyos argumentos son los mismos que los de Cataluña: son prósperas regiones que representan gran parte de la economía de sus países, pagan impuestos al centro y consideran que no reciben lo suficiente de vuelta.
Y mientras en estos dos países los ánimos independentistas van en bajada, con sólo un 10% de la población de Flandes apoyando la independencia, otra región enciende las alarmas: Córcega, la isla francesa en el Mediterráneo, donde las llamadas secesionistas resultaron en la victoria legislativa de nacionalistas de Per a Corsica en 2015.
Por su parte, tras varios años en calma, el Reino Unido vio el movimiento independentista escocés ganar fuerza después del referéndum por el Brexit. La mayoría de los escoceses votaron en contra de la salida del país de la Unión Europea, el argumento usado por la primera ministra Nicola Sturgeon para amenazar a Londres con un nuevo voto independentista, tras el fracaso del anterior en 2014.
Hoy, su discurso en la conferencia del Partido Nacional Escocés puede dar nuevas pistas de qué línea va a elegir en sus relaciones con Londres.
En Europa del Eeste, el conflicto secesionista más sangriento fue Kosovo, una región de Yugoslavia y luego Serbia (en los Balcanes) que intenta independizarse desde los ‘90. Tras una guerra desatada con limpiezas étnicas del gobierno, la OTAN intervino en el conflicto en 1999. En 2008, Kosovo declaró su independencia, que fue reconocida por EEUU y la UE, pero todavía está en espera del visto bueno de Rusia, China y Serbia, que sigue considerando el territorio como suyo.
Pese a que el conflicto armado en Kosovo quedó en el pasado, otro país del este europeo, Ucrania, enfrenta reclamos independentistas violentos de Donetsk y Lugansk, regiones orientales cuyos intentos terminaron en una guerra que dura ya más de tres años.
América no se queda atrás
En nuestro continente, el referéndum en Cataluña también alentó los ánimos separatistas, particularmente en Brasil, donde El Sur Es Mi País promueve la secesión de las prósperas regiones sureñas -Rio Grande do Sul, Santa Catarina y Paraná- del resto del país. Según Celso Deucher, líder del movimiento, los estados aportan cuatro veces más en impuestos de lo que reciben de vuelta.
