El impulso global de los gobiernos por promover energías limpias para combatir el cambio climático y el aumento de la oferta de autos eléctricos hacía presagiar que la “era del petróleo” se acercaba a su fin. No es cierto... o al menos no por ahora. La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) aseguró ayer que la demanda mundial de crudo aumentará 16% entre 2016 y 2040 y que el oro negro seguirá siendo la princiopal fuente de energía.
El consumo mundial subirá de 95,4 millones de barriles diarios el año pasado a 102,3 millones de bpd en 2022, lo que implica una revisión de casi 2,3 millones de bpd, dijo ayer el cartel de los productores de crudo en la presentación de su informe “Previsiones del Mercado Petrolero 2040” en Viena. La demanda de más largo plazo, en tanto, fue revisada al alza en 1,7 millón de bpd, a 111,1 millones de bpd a 2040.
El reporte se divulga además en momentos en que el precio del petróleo se ubica en máximos de más de 2 años.
Según la OPEP, China, India y otras economías emergentes serán las que impulsen la demanda. “Impulsada por una clase media en expansión, altas tasas de crecimiento de la población y un potencial de crecimiento económico más sólido, esperamos que la demanda de petróleo de los países en desarrollo aumente”, anticipó la organización.
De acuerdo con el informe, el petróleo seguirá siendo la principal fuente de energía a 2040, representando un 27% del total de la matriz energética. Le seguirá el gas natural con un 25%, mientras que las energías renovables representarán sólo un 5,5%.
Demanda se desacelera
A pesar de que el petróleo seguirá siendo el rey, sí experimentará una marcada desaceleración. Aun cuando la demanda total subirá, la tasa de consumo de crudo se desacelerará a casi 1,5 millón de bpd en 2017 a 810 mil bpd en 2022 y 300 mil bpd en 20140.
Las energías renovables serán las que experimenten un crecimiento más acelerado, a un promedio de 6,8% anual, frente a sólo un 0,6% y 0,4% para petróleo y carbón.
Y es que pese a que el impacto de las políticas gubernamentales a favor del uso de energías limpias, como la eléctrica, no se sentirá tan rápido como se podía prever, sí se ha hecho evidente el aumento en su uso.
“La evolución de los mercados energéticos en el tiempo recibe un impacto significativo de las políticas gubernamentales, que son usadas como mecanismos para el estimular el cambio más allá de sólo las fuerzas impulsadas por el mercado”, reconoció el cartel.
“Entre las tendencias visibles de política energética global de largo plazo está la creciente penetración de los vehículos eléctricos, el endurecimiento de los estándares de emisión y la desulfuración en los sectores de transporte de carreteras, marino y de aviación”, especificó.
La entidad advirtió que en caso de que el uso de los autos eléctricos aumente más de lo esperado, la demanda de petróleo llegará a su peak en 2035 y se estancará en 109 millones de bpd.
La popularidad de los servicios de autos compartidos como Uber también socavará la demanda de combustible de los autos privados, reduciendo en un 7% los pedidos de crudo en EEUU y Canadá.
Además de los avances tecnológicos, un factor crítico para el sector será el crecimiento de población a una “tasa baja sin precedentes”, que se ralentizará todavía más a 2040.
Enfoque en alternativas
“En unos pocos años, los vehículos eléctricos han pasado de ser completamente inaccesibles, poco prácticos y poco bonitos, a representar una opción válida para un nicho de consumidores”, aseguró la OPEP, que espera que a 2040 un 35% de los autos que se venden en EEUU y Canadá y un 33% de los vehículos que se comercializan en la Unión Europea sean eléctricos. China no se quedaría atrás, con un 29%.
El desarrollo de los vehículos a combustible alternativo es una amenaza para el sector más lucrativo de la OPEP, el transporte por carretera, que representará dos tercios de la venta de petróleo entre 2016 y 2040. Así, según estimaciones del cartel, los Estados más ricos de Europa, Asia y América del norte reducirán su consumo de crudo para el transporte en 30% a 2040, contribuyendo a una caída de la demanda total de estos países de 15%.
Cada vez más gobiernos han anunciado medidas para combatir el cambio climático. Ayer la Comisión Europea presentó un proyecto que fija límites más estrictos a las emisiones de CO2 para los autos nuevos, las que deberán ser reducidas en 30% a 2030, al mismo tiempo que incentiva a las automotrices a elevar la proporción de autos eléctricos que fabrican a un 30% de su producción total de vehículos a 2030. Además, destina más de 800 millones de euros
(US$ 927 millones) para aumentar el número de los cargadores eléctricos en Europa.
Según la OPEP, son precisamente “las grandes inversiones en generación de energía e infraestructuras de carga” las que limitan la cuota de mercado de los vehículos eléctricos.
Anteriormente, Francia y el Reino Unido anunciaron que van a prohibir la venta de autos nuevos a gasolina a 2040, y París pretende llegar a una “neutralidad de carbono” a 2050. La automotriz estadounidense Ford también anunció recientemente que a 2030 espera que los autos eléctricos representen un 30% de sus ventas, mientras que otro tercio corresponderá a vehículos híbridos a electricidad y gas.
“Parece evidente que las regiones ricas con acceso a los mercados de capital están entre las que más rápidamente adoptan” los vehículos eléctricos, afirmó la organización.
Sin embargo, los países más pobres no tienen esa capacidad, y la popularidad de los autos eléctricos en Europa y América del Norte será compensada por el fuerte crecimiento del parque automotor tradicional en el resto del mundo, planteó la OPEP. De hecho, los países en desarrollo sumarán 1.500 millones de vehículos a gasolina a 2040.
La Agencia Internacional de Energía (AIE) comparte esa visión. Según datos de la AIE, los autos eléctricos representarán sólo un 8% de la flota de vehículos a 2040, causando un impacto impacto insignificante en el petróleo.
“No hay una alternativa viable a los combustibles fósiles en el horizonte”, dijo Alasdair McKinnon, administrador de portafolios en Scottish Investment Trust, a Reuters.
Eso sí, la OPEP advirtió que es necesario invertir US$ 10,5 billones (millones de millones) para satisfacer la demanda de crudo de los próximos años, en base un escenario que prevé un crecimiento global de 3,5% como promedio anual hasta 2040.
Precios al alza
En estos momentos, la industria petrolera está disfrutando de los precios más altos desde julio de 2015. El Brent ha ganado más de 38% en el último año, mientras que el WTI ha subido un 27%.
“Es evidente que el compromiso (de reducción de producción de crudo acordado por 24 países el año pasado) ha sido central para reequilibrar el mercado en 2017, junto a un crecimiento robusto de la demanda de crudo”, dijo el secretario general de la OPEP, Mohamed Barkindo.
“Hay discusiones en curso sobre la duración de los ajustes de suministros más allá de marzo de 2018”, agregó.
El 30 de noviembre los países que participan en el pacto se reunirán en Viena para discutir su actuación futura.
